El origen del Arroz Jojutla.

Es la llegada del arroz a Jojutla en el estado de Morelos, una historia fascinante en la que convergen la fe de un pueblo con la visión emprendedora de un hombre que visualizó los campos de cultivo del arroz en el sur del estado, en la tierra caliente.

Las crónicas locales narran que el 14 de septiembre del año de 1722, en los terrenos de la Hacienda de San Gabriel las Palmas en el municipio de Amacuzac, cerca de la ranchería de Tula, un arriero de nombre José Cerón encontró la imagen de un Cristo negro, al darle un hachazo a un árbol; una cubata, nos dice el presbítero don Agapito Mateo Minos en su libro “Apuntaciones Históricas de Jojutla a Tlaquiltenango”.

Seguidas varias apariciones y desapariciones el quinto viernes de cuaresma del año de 1723, el Cristo parece indicar que es Jojutla el pueblo elegido y aparece en la capilla de Nuestra señora de Guadalupe.

Da inicio entonces, el culto a la imagen que recibe el nombre del sitio donde fue encontrado y el pueblo jojutlense se da a la tarea de donar fondos para la construcción de un santuario en su honor. El Santuario del Señor de Tula.

Pasaron 107 años y en 1830 arribó a esta tierra el señor Ricardo Sánchez, originario de Guadalajara, Jalisco, quien fuera un soldado insurgente durante la Guerra de Independencia, al término de ésta, se estableció en la Costa Grande del estado de Guerrero, donde se casó y en busca de mejores condiciones de vida para su familia, llegó a Jojutla. Hombre de letras y conocedor de la lengua nativa, pronto se incorporó al ritmo de vida de esta tierra, adoptando usos y costumbres, enseñando a niños y jóvenes los conocimientos académicos que él poseía.

El 25 de diciembre del mismo año de su llegada, durante la celebración de la pascua del nacimiento del Divino Salvador, don Ricardo Sánchez descubrió el tesoro sagrado que guardaban cuidadosamente los jojutlenses. Don Ricardo, hombre visionario en el campo de los negocios, indicó a los nativos la conveniencia de incrementar ese fondo sagrado, y sin demora les propuso tomar prestado de ese fondo la cantidad suficiente para mandar comprar 80 cargas de harina, que a buen precio las irían a vender al año siguiente al puerto o a las costas de Acapulco.

En el puerto de Acapulco don Ricardo y sus acompañantes compraron sedas, mascadas, tápalos, bandas, sombreros, calzado y lencería. Artículos que habían llegado al puerto a bordo del Galeón de Manila. Y cargaron 18 mulas con todos los objetos comprados y el resto de los animales traía una carga de mercancías que compraron para llevar regalos a los habitantes del pueblo del Arcángel de San Miguel por la buena realización de la venta de la harina. Emprendieron entonces el regreso a Xoxutla pero antes se dirigieron a la Costa Grande, donde vieron con asombro la siembra y cosechas del arroz morado.

Pasaron algunos años antes de que se realizara la primera siembra del arroz en Morelos, se piensa que al ser un nuevo cultivo, se hayan realizado pruebas previas antes de una siembra formal. La historia nos dice que fue hasta el año de 1836 en el campo de la ciénaga del Pochote y en los terrenos del colmenar y el Amezquite, que hacían una extensión de 60,000 (sesenta mil varas cuadradas), lugar donde por primera vez sembraron la semilla de arroz morado, utilizando para su riego las filtraciones de ese campo cenegoso y abriendo largas sangrías para recoger las aguas y de ese modo utilizarlas para el riego del arroz.

Las cosechas de esos dos años fueron abundantes, pero las espigas de arroz tenían una cantidad enorme de ahuates que mucho molestaban a los trabajadores y esta fue la causa por la que resolvieron suspender el cultivo de arroz morado.

Al año siguiente, don Ricardo Sánchez acompañado de varios ciudadanos distinguidos del pueblo emprendieron otro viaje a las costas de Veracruz y de las villas de Córdoba en el estado de Veracruz trajeron arroz blanco que había llegado a México a bordo del Galeón de Manila. Y fue este arroz el que por primera vez se sembró en 1837 en el campo “El Jagüey” de la Haciendita de Guadalupe, que colindaba con los terrenos de la Hacienda de San Nicolás Obispo. Para poner estas siembras de arroz blanco alquilaron este gran tablón por espacio de tres años (1838, 1839 y 1840). Dando muy buenos resultados la semilla de arroz blanco, que se vendió a muy alto precio y de muy lejanas regiones vinieron a Jojutla en busca de arroz. Naciendo así el Arroz Jojutla. Cuyo prestigio por su alta calidad llegó a tal grado que 100 años después, según registros de las oficinas gubernamentales entre 1934-1935, la producción de arroz en el estado de Morelos se estimaba en la cantidad de 30 mil toneladas. Y en antiguos recetarios de la época se le reconoce como uno de los ingredientes de la cocina mexicana.

El presbítero don Agapito Mateo Minos Campuzano, cronista de la época, es quien en sus escritos empieza a referirse a Jojutla como el pueblo del Arcángel San Miguel de Jojutla Villa del Arroz. De lo que se deduce que el cultivo del arroz se convirtió en un factor de identidad, trayendo buena fortuna a los habitantes de Jojutla. Es el 29 de marzo de 1847 cuando Jojutla se erige como municipio, uniéndose así los pueblos de Panchimalco, Tlatenchi, Ranchería Chisco, Tehuixtla y Tequesquitengo.