Sociedad en su conjunto está llamada a ser corresponsable ante violencia: Ramón Castro.
Miles de personas participaron ayer en la quinta edición de la Caminata por la Paz, organizada por la Diócesis de Cuernavaca, cuyo objetivo fue levantar la voz contra la violencia registrada en Morelos en los últimos meses.
El contingente, de más de 25 mil personas, según los organizadores, partió de la parroquia de Nuestra Señora de los Milagros, en Tlaltenango, y estuvo encabezada por el obispo de la Diócesis, Ramón Castro Castro; previo al recorrido dieron comienzo a una jornada de oración.
Durante la caminata, los fieles católicos rezaron un rosario y entonaron cantos religiosos hasta llegar a la Catedral, ubicada en el Centro de la ciudad, en donde estaba ya dispuesto un templete para la ceremonia religiosa. Alrededor de las once de la mañana el obispo ofreció la misa y emitió un mensaje.
Castro Castro consideró que la sociedad no puede cerrar los ojos y pasar desapercibida ante el ambiente de violencia que azota al pueblo. “Nuestro dolor ya no puede ser retenido en la impotencia de vernos como espectadores de la tragedia. La realidad sufriente de nuestro pueblo nos exige, sin lugar a dudas, una actitud corresponsable de la realidad que enfrentamos”.
En su discurso, el jefe de la Iglesia católica reveló que de acuerdo a informes entregados por los párrocos de Morelos, los alcaldes son víctima de extorsión por parte de los grupos criminales y entregan grandes sumas de dinero, misma situación que padecen comerciantes de muchos municipios.
Castro Castro señaló que esta caminata “no es en contra de ningún gobierno, no es contra ningún partido político, nuestro caminar es un grito legítimo por la justicia y por la paz... tragedia del dolor y de la muerte”.
A diferencia del discurso que ofreció en caminatas anteriores, en la de ayer Ramón Castro Castro manifestó que no se puede descargar toda la responsabilidad a una persona o a una sola institución, porque –dijo- todos están llamados a ser corresponsables.
También nombró en su intervención a cada uno de los cárteles que operan y se disputan la plaza en Morelos, cuyos miembros –aseguró- también son hijos de Dios, por lo que los llamó a rectificar y convertirse.