La institución dio a conocer como parte de su programa preventivo que los bebés y los adultos mayores representan los sectores más vulnerables para desarrollar este padecimiento.
Los especialistas, destacaron: “la importancia de vigilar el estado nutricional en la etapa infantil y atender de manera inmediata al menor en caso de cualquier infección de las vías aéreas superiores –nariz, boca, faringe y laringe- o infecciones intestinales, las cuales representan el foco primario donde se genera la bacteremia (presencia de bacterias en la sangre) y finalmente una infección ósea.
En la infancia puede generar secuelas muy importantes, afecta el cartílago del crecimiento y en consecuencia puede acortar o deformar las extremidades.
En niños muy pequeños la osteomielitis es más grave que en los mayores, pero rara vez ocasiona una septicemia (infección generalizada que pone en riesgo la vida del paciente). La enfermedad se clasifica en aguda y crónica.
En la fase aguda los síntomas son: dolor, inflamación (eritema, aumento de volumen y aumento de la temperatura local) y limitación funcional. En fase crónica los signos inflamatorios y el dolor desaparecen, queda una fístula por la cual drena hacia el exterior exudado purulento. Esta fístula va a cursar con periodos de inactividad (va a estar cerrada y seca), y en los de actividad drenará material purulento.
Los adultos mayores son más susceptibles a desarrollar osteomielitis, ya que su sistema inmunológico está debilitado por desnutrición o enfermedades que afectan el estado general, como cáncer, enfermedades renales, hepáticas, metabólicas, etcétera.
Como medidas preventivas, los especialistas del Seguro Social llamaron a la población a practicar una alimentación balanceada con mayor énfasis en los niños y, en caso de que presenten infecciones respiratorias o de otro tipo, de inmediato acudir a consulta médica para atender de inmediato los factores que provocan osteomielitis”.