Piden que la empresa Esperanza Silver inicie operaciones.
Habitantes del poblado de Tetlama lamentaron que el Ayuntamiento de Temixco no los tomara en cuenta como comunidad antes de dar a conocer públicamente el rechazo a la operación de la empresa minera Esperanza Silver.
“Tetlama era conocido por el tiradero de basura, era despreciado y criticado, ahora todo mundo habla de Tetlama por la mina, hay quienes dan su opinión y dicen que no es buena su apertura, pero deben preguntarnos a nosotros que somos los que vivimos aquí. Respaldamos el proyecto porque confiamos en que tendremos trabajo y saldremos adelante”, dijo Isela, quien para mantener a sus tres hijos vende ropa usada en la calle principal.
La empresa Esperanza Silver ofrece una inversión superior a los 10 mil millones de pesos y ha logrado el consenso de la autoridad auxiliar y del comisariado de bienes comunales, que han dado un voto de confianza al proyecto.
“Tetlama no es un pueblo fantasma, por el contrario tiene más actividad que nunca”, coincidieron habitantes de esa comunidad indígena perteneciente al municipio de Temixco, quienes advirtieron que respaldarán el proyecto de apertura de la mina Esperanza Silver pues confían que con éste habrá generación de empleos y la población mejorará su calidad de vida.
Entrevistados por La Unión de Morelos, los pobladores reconocieron que por años Tetlama ha estado sumergida en el abandono por parte de las autoridades gubernamentales estatales y municipales, quienes se olvidaron de la importancia de rescatar a las pocas comunidades indígenas que quedan en la entidad.
En relación a la empresa Esperanza Silver, dijeron que “están construyendo un pozo y le han dado trabajo a algunos de los habitantes, les pagan un salario aún y cuando el beneficio será directo para la población”, señaló una persona de la tercera edad, quien lamentó que el Ayuntamiento de Temixco por décadas dejó de atender su responsabilidad de brindar servicios a los habitantes de Tetlama.
“Hasta la fecha pocas veces se ha parado la presidenta municipal (Jazmín Solano López) en nuestro pueblo; rechazan el proyecto pero no nos dan alternativas, es lamentable que nuestros hijos tengan que buscar trabajo en otros municipios porque aquí no hay opciones”, señaló don Lauro, un hombre de 70 años que por años vivió de la pepena de desechos en el tiradero a cielo abierto, fuente de ingresos que perdió cuando desapareció el basurero.