La Diócesis de Cuernavaca emitió un decreto a través del cual anuncia que para prevenir contagios de COVID-19, a partir del próximo lunes, en todas las parroquias, se realizarán las misas, pero sin la presencia de fieles; además, limita a determinado número de personas la realización de celebraciones religiosas como bautizos, bodas y servicios funerarios.
El documento señala que a partir del 23 de marzo, las celebraciones eucarísticas se llevarán a cabo sin la presencia de fieles. Se informó que las parroquias y capillas permanecerán abiertas a fin de que los fieles acudan a realizar oraciones, para lo cual habrán de integrar un equipo de personas que verifiquen que se sigan las medidas sanitarias correspondientes.
También dieron a conocer que se suspenden todas las actividades pastorales diocesanas, como la catequesis, retiros, asambleas, congresos, jornadas, peregrinaciones, talleres, cursos, pláticas presacramentales, misiones y ejercicios espirituales. En tanto que las fiestas patronales, los sacramentos de los catechumens, confirmaciones y primeras comuniones habrán de reprogramarse para cuando pase la contingencia.
Los bautizos, matrimonios, funerales y otros compromisos pastorales adquiridos con antelación, y que no se puedan posponer, se celebrarán con una participación mínima de familiares.
“Mientras dure esta emergencia sanitaria, dispenso (dijo el obispo Ramón Castro Castro) a los fieles de asistir a la Santa Eucaristía los domingos, fiestas, incluidos los oficios de la Semana Santa, viacrucis, procesión del silencio, los cuales podrán ser seguidos a través de diversas plataformas digitales”.
Dicho decreto fue firmado por el obispo Ramón Castro Castro, quien manifestó que dichas medidas estarán vigentes hasta que concluya la contingencia sanitaria por el coronavirus.