La institución informó a través de un comunicado del área de medicina preventiva que se trabaja en el IMSS con un programa de detección oportuna de esta enfermedad y tratamiento innovador y adecuado. En este sentido, dio a conocer que “para prevenir oportunamente las secuelas del cáncer de próstata, que van desde dolor y problemas al orinar hasta la diseminación del cáncer a otros órganos e incluso la muerte, el IMSS refuerza la prevención de este mal con el uso del antígeno prostático específico que permite a los médicos conocer la presencia de tumores en las primeras etapas del cáncer, lo que incide en un tratamiento oportuno y mayor sobrevida para el paciente”.
El doctor Octavio Francisco Hernández Ordóñez, médico adscrito al Servicio de Urología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza, señaló que en el IMSS se detecta la enfermedad en etapas cada vez más tempranas, antes de que sea mortal.
En la actualidad, se tiene un éxito bastante sustancial en materia preventiva, ya que antes de utilizar el antígeno prostático específico en forma sistemática, la inmensa mayoría de los pacientes presentaba cáncer en los huesos. Ahora los recibimos en etapas iniciales, todavía sin invasión a órganos distantes y con mayores posibilidades de curación, enfatizó.
Indicó que hace 25 años 95 de cada 100 pacientes ingresaban al servicio de Urología con cáncer avanzado e invasión en hueso. Ahora se reciben a cuatro de cada diez individuos con enfermedad localizada y con buena sobrevida al hacer intervención quirúrgica en forma oportuna.
Dijo que al momento de confirmar la presencia de un tumor a través del antígeno prostático o por el tacto rectal, es necesario realizar una cirugía para retirar por completo la próstata y tejidos aledaños, a fin de eliminar la posibilidad de que el cáncer se disemine a otras partes del cuerpo. Señaló que, de ser posible, se prefiere el uso de laparoscopía para realizar la intervención quirúrgica.
Con esta tecnología, dijo, la extracción de la próstata se hace por medio de pequeñas incisiones en el abdomen, de cinco a diez milímetros de longitud; así, la recuperación es más rápida y con menos molestias para el derechohabiente.
Posteriormente, explicó, se lleva a cabo una reconstrucción para unir la vejiga con la uretra y, gradualmente, el paciente recupera su capacidad para orinar en forma habitual.
El doctor Hernández Ordóñez puntualizó que es ampliamente recomendable que los varones acudan con el médico familiar a realizarse el examen de la próstata a partir de los 40 años de edad, vigilancia que debe mantenerse año con año para descartar la presencia de tumoración en dicho órgano o, en caso de encontrar alguna anormalidad, realizar pruebas de laboratorio y hasta biopsias para iniciar el tratamiento.
Indicó que a pesar de que no son reconocidos plenamente como factores de riesgo, sí se observa mayor probabilidad de padecer este tipo de cáncer entre las personas que tienen familiares directos (padre, hermanos) con la enfermedad, individuos de raza afroamericana y quienes sufren de problemas inflamatorios crónicos u hormonales. Señaló que es de especial importancia que este grupo acuda a revisión con el especialista para una atención oportuna.
El urólogo del Seguro Social agregó que continúa en estudio la relación entre obesidad y cáncer de próstata, ya que se ha relacionado los cambios hormonales propios del sobrepeso con la aparición del mal.
Señaló que uno de los datos más recientes respecto de la prevalencia de la enfermedad lo da el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi); en 2005, reportó que el cáncer de próstata representó la segunda causa de muerte por tumores malignos en México.