El pasado 31 de marzo el Consejo de Salubridad General en México reconoció como emergencia sanitaria a la epidemia generada por el virus SARS-CoV-2 (Covid-19). Se anunciaron entonces medidas extraordinarias como la suspensión inmediata, del 30 de marzo al 30 de abril de 2020, de actividades no esenciales en los sectores público, privado y social y se reforzó la política de aislamiento social.
Estas medidas eran para hacer frente a esta contingencia y retomar cuanto antes nuestra vida “normal”. Cincuenta y siete días después nos ha quedado claro que no habrá “regreso a la normalidad” y ya se habla de “una nueva normalidad”, que a muchos no nos queda claro en qué consiste, cuándo inicia, ni qué papel jugaremos en ella. Aunque algo en lo que todos coincidimos, es que la actual crisis provocada por la política de aislamiento social y la inactividad económica, se agudizará, que hay riesgo de recesión y de un cierre masivo de empresas, lo cual provocaría desempleo, un entendible malestar social e incertidumbre sobre cómo y cuándo reactivar la economía.
Desde la parte oficial se han anunciado apoyos diversos para reactivar empresas, aunque por el monto económico, su alcance será muy limitado o nulo para el rescate de empresas o la generación de nuevas cadenas productivas. Este desolador panorama se replica en prácticamente todo el país, por lo cual diversos gobiernos estatales, además de estos apoyos, han intensificado sus esfuerzos por concretar la llegada de inversiones privadas tanto nacionales como internacionales a sus estados.
Por ejemplo, en Hidalgo el gobernador Omay Fayad, anunció el pasado 4 de mayo nuevas inversiones por más de cuatro mil millones de pesos, que crearán más de dos mil 300 empleos: se desarrollará el complejo inmobiliario Parque Tolteca, se instalará el Centro Laminero, que fabricará materiales para construcción y la empresa Pinturas WEG invertirá en una nueva planta de operaciones.
En Jalisco, el secretario de Desarrollo Económico, Ernesto Sánchez Proal, anunció el 17 de mayo pasado, que su estado captó 880.7 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED) en el primer trimestre de este año y días antes, informó que a partir del segundo semestre de este 2020, esperan concretar la llegada de 500 millones de dólares de inversión extranjera, sobre todo de China, principalmente para el sector automotriz y eléctrico, estimando crear cerca de tres mil nuevos empleos.
En Puebla, el gobierno estatal reportó 460 millones de pesos por concepto de IED durante el primer trimestre de este año y confirmó el pasado 19 de mayo, la llegada de inversiones como la que realizarán las empresas generadoras de energía limpia Imberdrola y Alquimara, que pese a la nueva normatividad emitida por la Secretaría de Energía en el rubro, construirán una central fotovoltaica en Cuyuaco, que se prevé comenzará a operar en diciembre de 2020, y que representa una inversión de 235 millones de dólares.
Ante ello, vale preguntar ¿Qué viene para Morelos? Hasta ahora la autoridad local ha entregado apoyos a empresas a través del Fondo Morelos.
Por su parte, la empresa Esperanza Silver ha reanudado los trabajos para iniciar trabajos mineros en una parte de los terrenos comunales de Tetlama, municipio de Temixco. Es la única inversión privada de la que tenemos registro que podría concretarse en un corto plazo en Morelos y darle un respiro a la economía estatal.
La inversión no es menor, pues se habla de un monto de 450 millones de dólares en la zona, distribuidos en un período de diez años, y la generación de cientos de empleos, aunado a la conformación de una red de proveeduría local, además de apoyar con proyectos de desarrollo social a los pueblos ubicados cerca de la zona de extracción y de apoyar el rescate y conservación en zonas naturales protegidas del estado.
Una situación a considerar, es que el mismo Consejo de Salubridad General, anunció que la minería, junto con la industria automotriz y la construcción, son actividades esenciales y pueden ya reanudar actividades con todas las medidas sanitarias, por lo que la inversión en Tetlama, podría tener un mayor efecto multiplicador y su impacto económico impactaría no sólo en las zonas aledañas, sino para todo el estado de Morelos.
Finalmente, cabe recordar que está pendiente la reactivación del llamado oficialmente Aeropuerto Internacional de Cuernavaca-Mariano Matamoros, en el que no hay avances al respecto y falta conocer el futuro del estadio Agustín “Coruco” Díaz, ante la desaparición de la llamada Liga de Ascenso, para crear la Liga de Desarrollo, cuyos equipos no podrán subir a la Liga Mx por los siguientes seis años, con lo cual el atractivo de contar con un equipo de primera división, desaparecerá de momento en Morelos.