Aunque con menos recorridos, en OMSA Chapultepec todos los operadores tienen oportunidad de trabajar.
Al ver que sus ingresos económicos disminuyeron, Francisco pensó como primera opción dejar el volante del autobús de la empresa “OMSA Chapultepec”. Sin embargo, admite que en tiempos de pandemia difícilmente encontraría otro empleo.
Por eso se mantiene como chofer porque, dice, aunque el dinero es poco el trabajo es seguro.
Francisco Mayren Rodríguez es operador en los autobuses OMSA Chapultepec, organización mejor conocida como “Chapulines”.
Lleva 30 años dedicados al transporte público. Empezó en 1990, lavando vehículos, hasta que agarró el gusto por el volante y tuvo la oportunidad de empezar a manejar.
Cuenta que por la contingencia sanitaria del covid-19, de las 60 unidades con las que cuenta la empresa donde labora solo 30 están en circulación, y los operadores trabajan cada tercer día, para que todos lleven dinero a casa.
A pesar de que realizan cuatro vueltas diario, desde las 5:30 de la mañana hasta las nueve de la noche, hay recorridos en los que solo suben entre tres y cinco pasajeros.
Por cada vuelta los operadores reciben 90 pesos, es decir, por cuatro vueltas ganan 360 pesos.
La cuenta que entregan depende del conteo en el sistema de barras, pero en promedio entregan entre 250 y 300 pesos.
Francisco afirma que el dinero ya no alcanza y hay días que quisiera “estirarlo” porque se gasta rápido, principalmente en las comidas. Por suerte, dice, sus hijos ya no dependen económicamente de él y solo trabaja para los gastos de la casa, como el pago de servicios de agua y luz.
“Es triste ver la situación en la que nos encontramos porque cada día hay menos pasaje, hace años ingresábamos más dinero y hoy por la contingencia, aunque salimos de madrugada, no es lo mismo porque llevamos máximo cinco personas desde la colonia Robles hasta la Ruiz Cortinez”.
Durante su jornada laboral Francisco se protege del virus haciendo uso del cubrebocas y del gel antibacterial. Lamenta que los pasajeros no adopten las medidas de higiene, aunque dice que no puede negarles el servicio.
En la base desinfectan las unidades y limpian el pasamanos y los vidrios, porque su vehículo debe circular limpio.
De su trabajo como chofer recalca que además de enfrentarse a un posible contagio por el covid-19, está expuestos a los asaltos, principalmente en las colonias Carolina y Altavista en Cuernavaca.
“Hay gente que se sube para asaltarnos, pero no podemos denunciarlos y no queda de otra que darles el dinero”.