Como consecuencia de la contingencia sanitaria por el covid-19, los ingresos económicos de Ricardo Flores disminuyeron en más del 80 por ciento, sin embargo, él se mantiene al volante de la Ruta 18 porque tiene la responsabilidad de su hijo, de 12 años.
Las entradas económicas de Ricardo se redujeron porque con el cierre de casi todos los negocios y los planteles escolares, hay poca demanda de pasajeros; ya no es como en otros meses, cuando las rutas circulaban a su máxima capacidad. Al contrario, hay días en que en una vuelta llevan a unos cinco pasajeros.
Su jornada laboral empieza a las 5:30 de la mañana y termina a las 9 de la noche. Cuando los días son buenos sus ingresos son hasta de 200 pesos, pero hay ocasiones que apenas reúne 70 pesos, los cuales ahorra para la alimentación de su hijo y para comprar útiles escolares. Antes de la pandemia Ricardo tenía ingresos de hasta 700 pesos diarios.
De cuenta entrega 400 pesos, y en caso de no completar, su patrón le anota el faltante como una deuda que debe cubrir otro día de la semana.
Admite que por su trabajo como chofer tiene poco tiempo para estar con su familia, por eso impulsa a su hijo a concluir sus estudios para mejorar su situación económica.
“Yo sólo terminé la secundaria, pero le digo a mi hijo que le eche ganas a la escuela; le digo que se ponga a estudiar para que no esté en la misma situación que yo. Aquí no me va tan mal, pero es un trabajo de todo el día, y cuando tengo tiempo de estar con él le ayudo con la tarea, vemos películas o jugamos; pasamos un rato agradable”.
Como operador del transporte público, asegura que hasta el momento no han sido informados sobre apoyos para este sector, por eso dice: “la única ayuda es tener y trabajo y con lo poco que nos llevemos a casa es suficiente”.