Alma Griselda Nieto, Manuel y Celia Salinas Maya conmemoraron un año más de la desaparición de sus hijos.
Alma Griselda Nieto, Manuel y Celia Salinas Maya conmemoraron un año más de la desaparición de sus hijos. Alma no sabe nada del paradero de su hijo Diego Armando desde hace nueve años. Celia lleva ocho años de doble angustia al no saber nada de su hija, quien estaba a punto de dar a luz a su nieto Max.
Ambas sufren no solo la ausencia y la incertidumbre, sino la indolencia y desdén de los funcionarios de la Fiscalía General de Estado (FGE), quienes detrás de su prepotencia esconden su incapacidad para dar resultados en la búsqueda de personas desparecidas.
La madre de Diego cada año acude a la ofrenda de víctimas, ubicada en el acceso principal del Palacio de Gobierno, para recordar que fue un 13 de agosto de 2011 cuando despareció su hijo, de 28 años, y su vida dio un vuelco doloroso.
“Siempre (en la fiscalía) me dicen lo mismo, que van a trabajar, que van a dar seguimiento. Hasta fecha, el expediente de mi hijo sigue abierto, no han dado carpetazo, pero no han hecho nada absolutamente, no hay resultados, que porque no hay elementos para seguir la investigación”, dijo.
Afirmó que nada la callará y que, junto con otras madres con las que comparte el dolor y la incertidumbre, continuará en la búsqueda de su hijo y otros desaparecidos.
Celia Salinas Maya, madre de Jessica Cerón Salinas, quien despareció el 13 de agosto de 2012, publicó una carta en la que externó su dolor y fustigó la insensibilidad y la miseria de las autoridades, incapaces de dar con el paradero de la joven, quien al momento de su desaparición estaba a días de tener a su bebé.
También apeló a la conciencia de quienes hayan participado en la desaparición de Jessica, para que permitan que la familia dé con su paradero.
“En estos años he vivido la indolencia de las autoridades, la falta de actitud y compromiso por ejercer el bien y justicia, autoridades corruptas que se vendieron a favor de delincuentes, autoridades omisas con tanta falta de sensibilidad hacia las víctimas y desinterés por ejercer su trabajó.
“Estoy aquí y seguiré buscándote Jessy, te abrazo en la distancia y deseo que Dios te acompañe donde te encuentres, eres un pedazo de mi vida que se fue desde tu ausencia, te amo hija y a pesar de la distancia sé que sentirás mi amor porque ese es más fuerte que todo y que cualquier distancia.
“A todos los que han elevado alguna oración por mi hija, que me han brindado su apoyo compartiendo la foto de Jessy, les agradezco de corazón. Por último, a ti que te llevaste a mi hija y que estoy segura de que me leerás y que me imagino no tienes paz en tu vida, te pido me devuelvas a Jessy, sé que con eso algún día Dios te concederá la paz que probablemente buscas”, dijo en su misiva.