Un tema importante para cualquier artista es gestionar, que la RAE define como “Llevar adelante una iniciativa o un proyecto”, es decir, hacer que suceda algo que se quiere hacer. En el caso de nosotros los artistas tiene que ver con hacer viables nuestros proyectos personales, que siempre son algo creativo con cierta viabilidad económica.
Gestionar no solo es atraer recursos, sino administrar acciones. Por ejemplo, cuando hago una antología, primero redacto mi proyecto, luego publico la convocatoria, después recibo los textos, edito, diseño, me encargo de la impresión y por último de la promoción del libro.
Y hay muchas formas de gestionar, dependiendo de cada proyecto. Algunas iniciativas tienen que ver con libros, otras con dar talleres y muchas veces es la combinación de escribir, organizar a varias personas, llevar la contabilidad del caso, promocionar y dar cuenta de los resultados.
Como artista es algo del día a día, porque uno tiene que encargarse de que suceda. Claro que cualquier tipo de gestión va a involucrar a diferentes participantes. Puedes trabajar con alguna institución de gobierno o de la iniciativa privada, con asociaciones civiles o con particulares.
Gestionar es sumar esfuerzos, trabajos, tiempos e intereses de las personas y además hay que garantizar que todos resulten beneficiados, pues se trata de un ganar-ganar.
Otro ejemplo es cuando he trabajado hacia un grupo específico para desarrollar un taller, que dé como resultado un libro compilatorio de varios autores. Entonces se contacta a la institución o al grupo, se le presenta el proyecto, se negocian las condiciones y se lleva a cabo, con el taller y luego con la edición y quizás venta. Hay que atender muchos detalles, como tiempos, costos, espacios y otros detalles.
Los resultados suelen ser de interés para quienes se involucran, porque el valor agregado de un proyecto artístico siempre tiene que ver con la parte humana y social de un fenómeno o necesidad.
Muchos escritores estamos atentos a convocatorias, para adecuar nuestros planes a las diferentes características, cosa que, si se encuentra en nuestra línea de acción, no solo nos dejará una buena experiencia, alguna ganancia y un resultado positivo, sino que podrá generar vínculos con las personas con quienes trabajemos.
Hay elementos más fríos en la gestión (contabilidad, cronogramas, impresión), pero hay otros que siempre son cálidos, como el contacto con los participantes y las anécdotas personales que obtengamos, las cuales, a su vez, pueden ser pie para otros proyectos.
Se gestiona de diferentes maneras, a veces en equipo, otras de forma individual, a lo que llamo autogestión, pero siempre habrá personas involucradas, recursos, medios.
Un modelo de gestión común son las becas o estímulos. Para ganarse uno es necesario demostrar una trayectoria como artista en su género, además de presentar un proyecto original a desarrollar en un determinado tiempo, pero también incluir documentos probatorios (como libros publicados y premios), así como requisitos administrativos (identificación, comprobante de domicilio, constancia de situación fiscal, datos bancarios, CURP), de acuerdo con cada convocatoria.
Lo mismo pasa con otras oportunidades como becas de posgrado, becas para tomar cursos, residencias, concursos, recursos públicos etiquetados para determinados fines, apoyos directos, financiamiento para publicaciones, aportaciones para organización de eventos, entre otros.
La autogestión nace casi siempre desde dos enfoques: a) cuando tienes una idea en mente y buscas patrocinio o b) cuando hay una convocatoria que se ajusta a tus intereses, aunque también hay casos de invitaciones directas a postular o a hacer equipo en el proyecto de otras personas. Todos los casos tienen sus detalles particulares y prácticamente no hay uno igual.
La autogestión me permite como artista buscar fondos e impulsar mi trabajo más allá de mis espacios tradicionales. Gracias a esta visión he trabajado con públicos de diferentes tipos, como universidades, maestros, grupos marginales, gente en presidio, promoción de la lectura en niños y adolescentes, asilos, estudiantes de preparatoria, otros artistas y más. Lo importante es comprender que el artista siempre está tocando puertas para llevar su arte a más personas, porque de ese modo mejoramos el mundo en que vivimos todos.
Por último, te invito a inscribirte a mi Taller de Cuento, los miércoles de 6 a 9, comenzando el 2 de septiembre. Informes: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.