Sociedad
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Una ventana al pasado: capilla abierta de San José, en Palmira

TXT Arq. Víctor Hugo Wido Martínez
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En el desenlace de la serie “una ventana al pasado” analizaremos la capilla abierta de San José, ubicada en la ciudad de Cuernavaca, Morelos y comúnmente conocida como “la capilla de Palmira”.

Todo comenzó con la planificación urbana de lo que sería uno de los fraccionamientos con mayor plusvalía de la capital morelense. Sus inicios se remontan a la década de los 50’s.

En el año de 1954 Raúl A. Basurto y su hijo Raúl J. Basurto tenían el proyecto para ejecutar tal magnitud de obra en unos terrenos a las afueras del municipio de Cuernavaca. Decidieron ponerle de nombre Lomas de Cuernavaca, ya que era un sitio bastante visitado por personalidades de la época, como el presidente Lázaro Cárdenas, que por su gran adoración al sitio contaba con su casa y granja Palmira (hoy internado Palmira).

La empresa a cargo del desarrollo fue Lama & Basurto S.A. que ya contaba con algunas intervenciones urbanas en la Ciudad de México.

Finalmente, dentro del proyecto los desarrolladores destinaron un predio para diseñar una capilla abierta en la cumbre de la loma más alta, cediendo el encargo al arquitecto español Félix Candela, egresado de la Facultad de Arquitectura de la Escuela Superior de Madrid, donde se licenció en 1935, y en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Félix Candela era un arquitecto con gran renombre en nuestro país y caracterizado por sus múltiples construcciones con estructuras de concreto en forma de cascarón generadas a partir de paraboloides hiperbólicos.

El proyecto retoma la inspiración de las capillas erigidas por los franciscanos en el Siglo XVI. Su emplazamiento retoma el terreno natural de la loma para ejemplificar la visual y la auditiva de la capilla. Su arquitectura responde a proporcionar una ventilación cruzada para un máximo aprovechamiento y confort de la misa celebrada. La visual lograda, gracias a su pendiente natural, enmarca un paisaje único del Valle de Cuernavaca. La disposición del espacio muestra una solución que da continuidad visual entre la zona descubierta y el área construida, esta unión la refuerza la vegetación del sitio que se entrelaza desde su acceso principal hasta el área de asientos, dando una atmosfera de naturaleza e identidad cuernavacense.

Para Alfonso Basterra la concepción arquitectónica muestra cierta referencia con la escenografía griega y clásica.

Lo impresionante es su sistema constructivo, un cascaron de concreto armado en forma de paraboloide hiperbólico; estudios matemáticos demuestran que son una de las estructuras más resistentes en la construcción, además de utilizar la menor cantidad de energía para su estabilidad estructural.

La cubierta tiene una luz de 30 metros y una altura de 21 metros. Al exterior nos recibe una cruz de concreto cuyos brazos se forman con el desarrollo de facetas triangulares, simétricas y bellas.

Difundir la cultura arquitectónica del estado es de suma importancia para seguir creando proyectos que en un futuro puedan trascender y dejar una nueva historia para las generaciones venideras, además de dar a conocer que Cuernavaca no es solo una ciudad “de paso o de fin de semana”. Es momento de empujar a nuestra capital hacia un futuro próspero y cosmopolita.

 

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