Al negocio de la cocina económica no se le pierde mucho, opina Teresa.
“Esto de la comida no se le pierde mucho, porque lo que llega a sobrar mi trabajadora y yo lo podemos llevar a casa para que nuestra familia tenga qué comer y así podemos seguir en este negocio”, aseguró Teresa Robles, propietario de una humilde cocina económica ubicada en la avenida Vicente Guerrero de Cuernavaca.
La dueña del negocio afirmó que desde el inicio de la pandemia ha manejado otro tipo de retribución para sus empleados a falta de ingresos: “mi trabajadora está de acuerdo. Cuando no tenemos formar de pagar su sueldo le damos comida para su familia. Sé que es complicado porque hay otras necesidades, pero esa es la forma de apoyar a mi gente”.
“Tengo mucha preocupación por qué sino termina lo antes posible está enfermedad puede que tenga que cerrar mi local de comida. La gente dice que en diciembre se acaba todo y ya podemos seguir de manera normal nuestras vidas” dijo Teresa Robles.
La entrevistada dijo que ofrecer servicio a domicilio es complicado: “tengo clientes que no son de esta zona y a veces nos piden que les llevemos la comida hasta sus oficinas o casas y como no tengo repartidor pues muchos nos dejan de comprar. Lo que hago es que les doy más barato y así pueden mandar al taxi o ellos llegan a venir”.