De su labor señala que al día realiza entre diez y 15 servicios.
En la guantera de su taxi lleva una bolsa con cubrebocas desechables para obsequiar y no negar el servicio a los clientes que olvidan usar cubrebocas cuando salen a realizar diferentes actividades.
José Guerrero trabaja como chofer de taxi desde hace seis años y señala que por la emergencia sanitaria del covid-19 sus ingresos económicos son de entre 250 y 300 pesos diarios y, aunque es poco, debe alcanzar para que cada 15 días compre un litro de gel antibacterial y cubrebocas para sus clientes.
De los insumos de higiene que obsequia a los pasajeros que abordan su unidad, gasta alrededor de 80 pesos en el alcohol gel y 100 pesos en los tapabocas.
“Hasta ahorita no ha sido necesario negar el servicio porque la mayoría de los pasajeros usan el tapabocas, pero hay algunos que por diferentes razones se les olvida. Yo les regalo uno desechable; aunque mis compañeros me han dicho que en algunos casos les ha tocado gente agresiva que se niega a ponérselo porque no cree en el virus”.
El entrevistado refiere que algunos días entrega hasta dos tapabocas a sus clientes durante su jornada laboral, porque las personas lo olvidan. Al menos así lo observó hace unas semanas en la temporada del Buen Fin, cuando la gente salía con prisa y olvidaba su cubrebocas.
De su labor, platica que por la pandemia del covid-19 la clientela es escasa, por lo que con mucho esfuerzo realiza entre diez y 15 viajes, en jornadas que empiezan desde las seis de la mañana y acaban hasta las nueve de la noche toda la semana. Por ese motivo tuvo que solicitar dos préstamos, porque su vehículo se descompuso, además de que también necesitaba dinero para solventar gastos en el hogar.
Juan pide a la gente que sea consciente y que, si no es necesario salir, que se quede en casa, para reducir la movilidad y el número de contagios, a fin de poder avanzar en el color del semáforo sanitario.