Murió Diego Armando Maradona, hoy inmortal e infinito. Argentina lleva un luto nacional de tres días. El genio, el grande, la mano de Dios, el amado, el odiado, el criticado, el héroe humano se fue. El dolor de su muerte en la Argentina es devastador; aquel que en la cancha de fútbol daba certezas, alegrías, identidad, se ha ido. Eso de cierto modo es un llamado a que en algún momento todos nos iremos. Si los héroes se van, los mortales también. El psicoanalista argentino Daniel Salerno, en mi canal de youtube “Café sin Ego”, nos comparte una frase del escritor Roberto Fontarrosa, que deja ver con claridad la importancia de las figuras heroicas: “Qué me importa lo que Diego hizo con su vida, me importa lo que hizo con la mía”. Ahí está todo contenido. Es lo que el otro, grande, pasional, poderoso, despierta en mí. Aquellos que están dotados de poderes definibles e indefinibles nos dan esperanza, identidad, fuerza, posibilidades. El héroe, una imagen sobre idealizada de mí mismo, me ofrece un camino al cual dirigirme, me hace observar mis metas y sueños y me inspira cada día a ser mejor. Como dice Jung, “La principal hazaña del héroe es vencer al monstruo de la oscuridad: el triunfo largamente esperado de la conciencia sobre el inconsciente.”
Y para ti, ¿quién es tu héroe?