Seguimos tocando el piano, abogando sobre la desprestigiada cultura desde sus diversas aristas, mis distinguidos brothers, y de forma muy peculiar ¡ya sábanas, zig-zag! antes de que nos den "montaña" y se nos caiga el cantón. Para comenzar, el asunto del agua nos debería empezar a ocupar y preocupar, aunque ¡ya nos tardamos, cuates lectores! Es un hecho consumado que hay un gran desabasto de agua por X o Y razones. Hay que decir, que esta temporada ya empezó a "darnos calor" en todos los sentidos. Estamos ya muy "acalambrados" ¡la neta!
Entiendo que debemos acatar las medidas de higiene para prevenir un contagio del endemoniado bicho que sigue dándonos la recia, el dichoso sars cov 2, contra el cual la solicitud por todos sabida es ¡lavarse las manos constantemente!
¿Pero cómo si ni agua hay en algunos colonias de nuestra ciudad capital?
Pero bueno, el tema es grave, en una de esas hasta nos enteraremos que más de dos en esta temporada que se avecina se pelaron de casquete corto, producto de tremenda deshidratación combinada con extremadas cantidades de etílico ingeridas por el sujeto en cuestión. Ojalá que sirva esta peculiar propuesta como para que todos tomemos conciencia de una situación verdaderamente catastrófica que podríamos llegar a evitar; por ello, "brinco" como auténtico y verdadero perro con la sugerencia de que cuidemos el agua.
Acuérdese, hace ya algunos años el agua "no costaba", mis brothers, no la teníamos que comprar embotellada como ahora. Las generaciones actuales consideran normal el pagar hoy en día cantidades estratosféricas por una botellita de agua, y eso dependiendo de la marca de la dichosa "agüita" , ¿eh? Algunos, ya sabe, como siempre, aunque al rato no traigan ni para envenenarse compran agua de la mejor marca para ser aceptados (pobrecitos) en determinado grupo élite ¡chale! Imagínese: buscar la aceptación "distinguiéndose" por el agua o hasta por el café que consumen ¡chale, no mouse mickey! Digamos que de esta cotidiana historia entiendo una parte: los jóvenes actuales estoy cierto que nunca tuvieron la necesidad de "pegarse" a la llave del agua o a una manguera (sin albur y con respeto para los que sí se dieron unos "llegues") para matar esa insaciable sed que de pronto nos tomaba como rehenes a los de mi generación después de una larga caminata para llegar a casa o después de la famosa "cascarita".
Además, le puedo decir, mi lector, que no encontrábamos problema alguno en saciar de esta coloquial forma nuestra sed ¿eh? desde luego eran otros tiempos, la helicobacter pylori ni existía, había mucho menos contaminación, menos enfermedades infecto-contagiosas. La salmonella era la más "fresona" hace unos cuantos abriles , digamos que no era ¡tan aferrada como en la actualidad!
Ahora, una salmonelosis manda al estuche al más felón, al peor de los chacales pues, y la mustia de la helicobacter nomás se encarga de provocarle un cáncer de estómago, mi brother. Es como el alcoholismo, "parnitas": no respeta edad, sexo ni posición social.
Volviendo al tema de la "agüita" embotellada, donde la mercadotecnia nos promete "las perlas de la virgen", bienestar para el cuerpo, ligereza, bueno, algunas prometen hasta bajar de peso ¡chale! ¡puritita agua bendita nos quieren vender, ¿cómo la ve, mi lector?
Ojalá me equivoque pero la próxima guerra, padrinos queridos, se va a generar por la falta de agua, algo así como aquella trama de Mad Max (Mel Gibson) "El guerrero de la carretera", donde se peleaba hasta la muerte por conseguir gasolina; desde luego, ciertos sectores, como siempre, serán los que disfruten únicamente del vital líquido, como sucede en todas las películas y en la vida real. Desgraciadamente, muchos ignoran el beneficio del cuidado del agua: muchos pasados de corneta salen a lavar sus vehículos con la manguera ¡qué escasez de progenitora!
Ojalá estos incautos puedan ver la película de Mad Max, donde verdaderos salvajes, convertidos así por la hecatombe de una sociedad en decadencia, luchaban hasta la muerte por conseguir la preciada gasolina. AhÍ se las dejo de tarea, compas lectores. ¡cuidemos el agua, el medio ambiente, antes de que nos caiga la que nos trajo y sea entonces demasiado tarde y nos den con ¡Toño tigre!
Se despide de ustedes su reporñerazo favorito
