Sociedad

Un octavo día de la semana


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“Los vecinos se arrimaron a ver el conteo como si se tratara de un niño recién nacido o de algún muerto…”

El domingo 6 de junio no fue un día cualquiera. Aparte de que fue día de votaciones intermedias, pasaron cosas raras.

De los borrachos que estuvieron toda la noche y la madrugada bebiendo y oyendo música de adoloridos no quedó ni una bolsa de papas, después que repicaron las campanas de las 7:15 llamando a misa. El día no había madurado aún y era gris rata.

El movimiento en el barrio comenzó como a las 7:30 con los feligreses entrando a la parroquia y doña Eva con su puesto de pancita de los domingos. Del caso con aceite hirviendo el chicarrón soltó una metralla de olores que llegaron hasta la cocina de los vecinos.

Minutos después a las jardineras ubicadas en Jesús H. Preciado, donde se localizaría la casilla 0351, llegaría el personal del Instituto Nacional Electoral (INE), del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (IMPEPAC) y observadores ciudadanos a instalar mamparas, urnas y a organizar todo lo que impone una elección con 23 partidos para que los ciudadanos llegaran a votar.

A las ocho ya había cola como de 20 personas, pero las casillas no estaban instaladas, faltaban algunos funcionarios y mobiliario. El Impepac reconocería en una conferencia de prensa de las 4:40 de la tarde que efectivamente hubo retraso en la entrega de mobiliario.

Las primeras fueron unas religiosas de la Casa Hogar Heredia López A.C. localizada sobre la misma calle, muy cerca de la casilla.

Iban muy bien uniformadas. Entre ellas, se distinguía una en silla de ruedas:

-Tiene más de noventa años, se llama María. Insistió mucho en que fuéramos de las primeras. Quería venir a votar, desde ayer nos estuvo diciendo que nos levantáramos temprano, y vea, aquí estamos.

La mujer de tantísimos años votó muy contenta y después la subieron a un taxi y se la llevaron.

Frente a esta casilla, dentro de la Escuela Primaria Federal Gildardo F. Avilés, también votó Fernanda, de 21 años. Fue la primera vez en su vida que emitió su voto para elegir diputados federales por la entidad y diputados locales, alcalde o alcaldesa en Cuernavaca.

Ella es estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, está en exámenes finales, pero se dio tiempo para investigar las propuestas de los candidatos y sus perfiles:

-¿Cómo te sentiste cuando estabas votando?

-Incómoda, cansada por todo lo que nos han hecho los políticos...

En estas dos casillas los vecinos llegaron a votar animados, pero conforme fueron transcurriendo las horas disminuyó la asistencia.

Fidel, el muchacho que ayuda a hacer mandados y a sacar las bolsas de basura para entregarlas a los camiones estaba en una esquina:

-¿Vas a votar?

-Sí, pero estoy esperando que venga mi papá y mi mamá. Ellos me van a llevar porque yo no sé leer ni escribir.

También andaba por ahí Rudencindo, el gato del barrio. Estaba ronco y no podía maullar. Seguramente se desveló con los borrachos que no dejaron dormir a los vecinos.

Cruzando el puente 2000, y pasando tres o cuatro cuadras está el zócalo de la ciudad, en donde había dos casillas instaladas, una en Matamoros y otra bajo los arcos del palacio de gobierno. En ambas no se reportaron incidencias.

En el punto de la calle en que Matamoros se convierte en Galeana, un hombre ensombrerado agitaba una bandera con consignas zapatistas sobre la patria y la revolución. Lo seguían tres perros obesos, sentados a la sombra de un negocio de tortas. El hombre arrastraba una carriola azul muy sucia con cartones y cosas recicladas.

A estas horas el sol se había desnudado como un enfermo mental de la calle. En el Jardín Juárez, la gente platicaba como cualquier domingo de cualquier día, algunos se comenzaron a quitar los suéteres y las chamarras por el calor, otro, seguramente del vecino municipio de Jojutla, permanecían con gruesos abrigos como si acabaran de llegar del Polo Norte.

Ya por la tarde nos llegó un video. En Emiliano Zapata capturaron a una persona (un comunicador o periodista) que, al parecer, estaba comprando votos en favor de un candidato. La policía lo subió a la batea y un agente le puso la punta del arma larga en el cuerpo. El muchacho subió un video horas después, dando a conocer que había sido una confusión.

A las 18:03 horas en San Antón se cerró la casilla 0351. Dos personas llegaron tarde. El papeleo comenzó y el conteo de las boletas fue lento: los vecinos se arrimaron a ver el conteo como si se tratara de un niño recién nacido o de algún muerto.

Dos helicópteros sobrevolaban el área como si se tratara de moscas panteoneras motorizadas.

Entre la gente andaba el Negro, un perro negro con blanco, arisco, pero juguetón.

Durante todo el tiempo que duró el conteo, una nube negra, amenazante, se puso debajo de las jardineras.

La noche cayó como un borracho sobre una hilera de sillas de metal.

El 6 de junio no fue un día cualquiera. Amaneció en domingo como si fuera lunes, pero conforme los numerales de las horas fueron cayendo como moscas se transformó en martes. Ya para la tarde el día estaba hinchado, era algo así como sábado. Minutos antes de que acabaran las 24 horas, el domingo terminó siendo un día octavo en la semana.

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Máximo Cerdio

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