Vende calcomanías, letreros y aromatizantes para obtener más ingresos
Por la mañana Camilo Fuentes trabaja como checador de rutas en la calle Leandro Valle de Cuernavaca, y por la tarde busca otras “paradas de rutas” para vender calcomanías, letreros y aromatizantes para obtener ingresos económicos extras.
Contó que empezó a trabajar como checador de manera voluntaria en 1990 porque en ese tiempo había pocas personas que se dedicaban a esta labor, por lo que podía reunir hasta 500 pesos en una jornada de medio tiempo.
Sin embargo, afirmó que en la actualidad, por el exceso de concesiones, y aunado a la crisis económica que ha dejado la pandemia de covid-19, sus ingresos disminuyeron de manera considerable.
“El trabajo ha ido disminuyendo. Algunas rutas ya no trabajan a cuenta, sino con el sistema de barras. Cuando yo empecé a trabajar como checador me llevaba hasta 500 pesos por laborar sólo medio día, y ahorita, por mucho 200, por eso busqué la forma de generar otros ingresos”.
Dijo que tras varios años en el sector transporte, en 2016 un conocido le propuso pagarle una deuda con una ruta de la empresa Aliados de Morelos. Camilo aceptó porque lo vio como un proyecto de superación.
Tiempo después la vendió porque no tenía experiencia en el funcionamiento de las unidades y en lugar de manejarla contrató a una persona como chofer, pero no le entregaba ni 500 pesos de cuenta.
“Quise ingresar al transporte como dueño. No pude porque no tenía la experiencia; no sabía de todo lo que cuesta el mantenimiento y las refacciones. Tenía la ruta y nunca la manejé, tal vez ese fue el error; no sabía cómo es este ambiente y, además, el carro estaba en malas condiciones, así que lejos de ayudarme, me llevó a la quiebra”.
Señaló que al no poder solventar los gastos económicos de la unidad decidió venderla y seguir su labor como checador de rutas, mismo que ejerce en la actualidad, pero también vende calcomanías, letreros y aromatizantes a los operadores de las diferentes organizaciones.