Por la inseguridad evita ingresar a varias colonias de Cuernavaca y Emiliano Zapata
En los seis años que lleva trabajando como chofer de taxi, Roberto Jiménez asegura que ha sufrido tres intentos de asaltos de parte de sus clientes y uno que sí se cometió.
Del asalto -contó- dos personas le pidieron el servicio de transporte, y antes de llegar al destino, uno de ellos sacó una pistola y lo obligó a entregarle sus pertenencias, como dinero en efectivo y un teléfono celular, pero no le quitaron el vehículo.
Por esa situación dijo que ha tomado medidas de protección, por ejemplo, evitar realizar viajes a colonias catalogadas como peligrosas, como Altavista y Lagunilla, en Cuernavaca; Tejalpa, en Jiutepec, y algunas de Emiliano Zapata.
“A los trabajadores del volante nos afecta mucho la pandemia y la inseguridad. Nosotros podemos tomar medidas de seguridad, pero el gobierno debería apoyarnos haciendo recorridos en las colonias más peligrosas”.
En cuanto a su trabajo, afirmó que por la emergencia sanitaria la demanda en el servicio de transporte bajó hasta un 70 por ciento, y en ocasiones no reúne ni siquiera el dinero para entregar la cuenta a su patrón.
Para hacer frente a la crisis económica, dijo, solicitó dos préstamos, porque todos los días debe entregar 250 pesos de cuota y hay días en los que apenas junta el dinero para comer.
“Hay días que no tengo dinero ni para comer, y cuando no entrego cuenta el patrón lo va acumulando y me la cobra al otro día. Es una situación muy complicada. Por eso varios compañeros prefieren dejar el carro”.