La metamorfosis de una mayoría es parte de los saldos contrarios que tienen al Partido Acción Nacional, en el estado, con pocas posibilidades de triunfo en la elección del año próximo.
La siguiente es una historia real protagonizada por varios actores de azul intenso, alguna vez monaguillos, quizá prospectos de monasterios, hoy asiduos (aunque sin la pura convicción de los años mozos) a la misa dominical con la familia, en algunas veces en evidente estado inconveniente. Han perdido la blancura que daba, a su vez, legitimidad a la tan bien llamada Sagrada Familia. Los perdió la túnica pero los ganó la vida alegre. Ni hablar.
Bien. Casi a partir del año 2000 que les caía el veinte del triunfo en Cuernavaca tres años atrás, ya en posiciones de poder compartidas con Sergio Estrada Cajigal Ramírez, obligado a ceder posiciones por razones naturales, panistas—panistas se encontraron con el aparato burocrático, la relación con empresarios proveedores, con constructores seductores y lo que de ello deriva. De pronto en la modesta oficina o poderosa secretaría, el personal femenino les llamó la atención. Algunos tuvieron éxitos en sus incursiones extraoficiales, otros buscaron en otros ámbitos y unos más simplemente se frustraron y entraron en terrenos de la venganza en el momento justo.
Un grupo en especial, que se presumían como galanes y hombres fuertes, rudos de las calles y los bares, se desataron. Se multiplican y es pública su presencia en sitios donde “los trabajan” aprovechando de su inocencia en el ambiente y de que creen que son “bien, verdad de Dios”. Compañeras de vida de varios de estos neo galanes modelo que han seguido otros lo han detectado y no hay manera de detenerlos, se han convertido en amos y señores de bares, botaneras y antros, donde el dinero gastado justifica las atenciones que les esmeran. Si las señoras, algunas compañeras de estos neo galanes, en sus reuniones de damas voluntarias compartieran las andanzas de sus señores, no queremos imaginar el escándalo.
Un caso específico lo protagoniza un panista conocido, aspirante a cargos importantes (desde coordinador de la fracción, a la presidencia de Cuernavaca o a diputado federal), al frente de una importante dependencia federal, que es común encontrarlo, alegre, en los lugares de referencia. De pronto hacen suyos estos, los gerentes los atienden personalmente, les consiguen personal femenino que no necesariamente se dedica a la prostitución pero que aprovechan la relación para posiciones propias o de familiares. Se han dado varias relaciones que han ido más allá del evento, incluso han durado meses con intensa pasión y muchos problemas. Son asuntos que entran en lo privado, pero son públicos por el escándalo constante y, sobre todo porque se abre la sospecha que el dinero oficial, el del pueblo, es mal usado para que estos galancetes de quinta, cumplan caprichos a sus dulcineas.
En una de las avenidas más bonitas de Cuernavaca, Bulevar Juárez, venden departamentos de lujo que fácilmente rebasan el millón de pesos y se acercan a los dos millones. Una jovencita de una popular colonia de Temixco fue llevada para que la conociera “el señor”, “el próximo presidente de Cuernavaca”. Se entendieron bien, la llenó de antojos y para no tener lejos el bar de su preferencia consiguió un depa cerca, de esos caros. Nos dicen que no los rentan, que solamente comprados. Así que nos deja incluso a la especulación.
Una muy bonita historia que podrá ampliarse en el momento que ellos pierdan la vergüenza y deseen ir más lejos. La cosa que no es nada nuevo, se da desde siempre, la única diferencia es que estos facinerosos de cantina modernos, tienen raíces donde la enseñanza lleva a todo lo contrario. Nos preguntamos hoy seguramente lo hacen sus cercanos, su familia: ¿Dónde se perdieron? Qué razón tiene el buen Apolinar Hernández Bravo, abogado conocido no sólo por su “tru tru” sino por la frase que lo inmortalizó:
-- “Cuando cabeza chica se enoja, cabeza grande no piensa, Y al revés”.