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ALERTA PARA TODOS LOS USUARIOS !!! /Autopista a Cuernavaca).
CUIDADO, LA PERA, TRES MARIAS Y HUITZILAC SIN AUTORIDAD Y EN MANOS DE DELINCUENTES. CUIDATE, NO PARES MAS EN TRES MARIAS O HUITZILAC, MIENTRAS SIGAN LAS COSAS COMO ESTAN. El sábado pasado a las 9 de la noche, me atacaron 5 asaltantes en un PUEBLO LLAMADO TRES MARIAS. Este lugar sin ley se encuentra en la autopista de cuota Cuernavaca--DF municipio de Huitzilac, Morelos. Tengo heridas en la cabeza, cara, hombro y casi pierdo el ojo izquierdo. Me robaron una camioneta Toyota Rav4, cartera con dinero en efectivo, tarjeta de crédito, débito, identificaciones, computadora, teléfono celular, maleta con ropa y demás objetos personales. Me detuve en un punto de descanso justo enfrente a la gasolinera del km 49, pues bajé al baño, en un acotamiento donde hay mucha luz y varios trailers estacionados, aparentemente todo estaba seguro. Vi que 3 sujetos con piedras en las manos caminaban hacia mí, uno de ellos me lanza una piedra a la cara, pero yo logro desviarla con la mano y corro para subirme de nuevo a mi camioneta. Les grito que no lo intenten, pues había mucha gente observando y no podrían escapar. Al subirme para tratar de arrancar y huir, 2 de ellos abren la puerta del pasajero y me avientan piedras a la cabeza para dejarme inconsciente, mientras de mi lado otro asaltante me golpeaba con una piedra y me pateaba hacia adentro. Yo no podía ver claramente pues tenía la cara escurriendo de sangre y con cada golpe sentía una descarga eléctrica en la cabeza. No pararon en ningún momento, yo trataba de detener los golpes y en medio de un ataque de pánico les grite varias veces que ¿qué querían? Nadie respondía, hasta que oí a uno de ellos gritar "Dale un plomazo". En ese momento mi instinto fue patear la puerta, la cual golpeó a un agresor y en ese momento pude escapar y correr hacia la carretera; un trailer que circulaba en ese momento me cubrió del "plomazo", pues yo logre brincar el muro de contención y correr a una tienda de abarrotes en el otro sentido de la carretera. Varias personas se acercaron a mí pues se dieron cuenta de lo que sucedía. Vi que los 5 sujetos se suben a la camioneta y huyen. Yo me encontraba sangrando y en estado de pánico. De pronto eran 10 ó 12 personas alrededor mío, pero nadie me prestaba su teléfono celular pues dijeron que quién les iba a pagar la llamada. Les insistí que yo les pagaría y que eso era lo menos importante, pero que alguien tenía que avisar al 066 o a la caseta inmediatamente para evitar que la camioneta saliera de la autopista. Desafortunadamente nadie hizo esta llamada. Sólo una empleada de la tienda me dijo que había llamado a una ambulancia, la cual llegó al poco tiempo y me llevó a un hospital en Cuernavaca en estado de shock. Después pude llamar a mis papás y avisarles lo sucedido, quienes cancelaron la tarjeta de crédito y el celular. El miércoles regresé a mi casa. Hice la denuncia en el Ministerio Público del estado de Morelos, la PFP, y el número de carpeta en la PGJ a nivel federal es: HG01\292\2010. Durante este proceso de denuncia, las autoridades me informaron que en este pueblo suceden este tipo de robos casi diariamente, todos violentos. Son grupos organizados que roban desde a conductores para cometer otros delitos y después venderlas en Centro y Sudamérica. Dos días antes de mi caso, hubo un conductor de una CRV de Honda que al ir conduciendo por la carretera federal y percatarse que dos Pickups lo trataban de detener para asaltarlo, fue muerto a balazos al tratar de acelerar y huir. Su automóvil se encontraba en la PFP mientras yo levantaba esta denuncia. Ponen piedras y gallinas sin cabeza en el camino para forzar que la gente se detenga. Pero también hago esta denuncia a nivel social para alertar a otras personas sobre estos lamentables hechos que paralizan a nuestro país. Hace dos semanas hubo toque de queda en Cuernavaca pues hubo amenaza de 6 diferentes balaceras en diferentes puntos de la ciudad. ¿Por qué las autoridades no responden a tiempo cuando tienen total conocimiento de los puntos vulnerables? ¿Cuántos ciudadanos productivos tienen que morir para que el crimen organizado sea finalmente controlado por las autoridades? ¿En manos de quién estamos? Soy Carlos Ochoa, Licenciado en Comunicación de la Universidad Iberoamericana.