El profesor de Biología señaló que, retomando dicha propuesta, ahora buscará regresar a ese país asiático para continuar un trabajo sobre alimentación y nutrición y el desarrollo de un dulce de leche, todo ello con el ofrecimiento de un equipo de investigación de la Universidad de Okinawa.
En entrevista, el profesor que finalmente llegó a Morelos sano y salvo luego del desastre que se registró en Japón el pasado 11 de marzo, explicó que buscará aplicar en Morelos lo que aprendió en su estancia y posteriormente podría desarrollar más investigación sobre la alimentación para encontrar alternativas que apoyen a la solución de la obesidad infantil en México.
Incluso pidió apoyo a la Secretaría de Educación para aprovechar el ofrecimiento que le planteó un equipo de investigación de un maestro de la Universidad de Okinawa.
Explicó que antes de su partida, participó aquí en Morelos hace más de tres años con algunos otros maestros en el diplomado que impartió la Academia de Ciencias de Morelos a profesores de nivel secundaria, con el propósito de formarlos para que a su vez los maestros promuevan el aprendizaje de las ciencias en los estudiantes.
Narró que como conclusión del mismo, algunos profesores presentaron proyectos de matemáticas, otros más sobre el uso del pepino, en tanto que su equipo presentó un proyecto que consistió en desarrollar un dulce de leche.
Expuso que el problema de la obesidad infantil ya ha sido reconocido, por lo que se justificó esta propuesta plenamente sobre todo porque lo que los niños no alcancen a crecer en la primera etapa de su vida, ya jamás lo habrán de recuperar.
El maestro comentó que durante su estancia en Japón tuvo contacto con diversas autoridades educativas japonesas y allá siguió enriqueciendo este proyecto. Derivado de su trabajo que estuvo encaminado a la enseñanza de la Biología en el sistema pedagógico nipón, pudo conocer a un maestro de la Universidad de Okinawa que ha planteado la posibilidad de que el profesor morelense se incorpore a su equipo que realiza una investigación sobre hábitos alimenticios en las comunidades aledañas a dicha ciudad de ese país.
“Él se interesó mucho en mi proyecto. Anteriormente ha trabajado con compañeros mexicanos y conoce la cultura. Él trabaja también en el área de Psicología, por lo que se complementan los hábitos con esta parte”, explicó al detallar que podría continuar con la investigación y hacer un posgrado si cuenta con el apoyo necesario para regresar a seguir estudiando.
“Si se dan las cosas, espero a finales de este año podría regresar, para luego aplicar esos conocimientos en nuestro país. Mi reto ahora es mi escuela secundaria, en mi trabajo, y tratar de aprovechar el acercamiento con las autoridades estatales”, comentó.
El docente con Licenciatura en Enseñanza de la Biología explicó que el proyecto implica la producción de un dulce de leche, en el que se utilizan ingredientes más sanos como la avena, se reducen endulzantes y se eliminan conservadores, con un sabor agradable, lo que podría aportar energía y proteínas a los menores sin las calorías que tienen otros dulces que coadyuvan a la obesidad.