Alma Delia afirma que disminuyó la clientela en el taxi.
Aunque por su trabajo como taxista Alma Delia dice que ha recibido comentarios negativos -en el sentido de que es poco común ver a una mujer al volante- la entrevistada dice que se queda con lo positivo de sus clientes, quienes le dicen que inspira mayor confianza.
“Aquí vivimos de todo, pero mientras demos un buen servicio las personas se quedan satisfechas. Hay quienes dicen que les extraña ver a una mujer conduciendo, otros me han dicho que les doy confianza por ser mujer; yo solo trato de hacer bien trabajo”.
En los 17 años que ha trabajado tras el volante se ha encontrado con personas que aprovechan el viaje para desahogarse de los problemas que viven en su familia.
De igual manera ha brindado el servicio a personas que salen de una cita médica y necesitan descargar sus penas.
Mientras toma un descanso en la calle Netzahualcóyotl del centro de Cuernavaca, Alma platica que durante la emergencia sanitaria ha llevado a enfermos de covid a los hospitales.
“Varias personas me han dicho ‘cúbrase bien porque al parecer vengo mal’ pero yo salgo con la bendición de Dios y solo Él sabe lo que puede pasar. Hasta ahora no me he contagiado, pero sí tengo familiares que se infectaron”.
En cuanto a su labor, comenta los clientes bajaron a la mitad desde que llegó el servicio de transporte privado por medio de plataformas digitales y bajó aún más con la pandemia de covid-19.
Antes de la crisis sanitaria -indicó- realizaba más de treinta viajes en un día y ahora con mucho esfuerzo logra realizar entre quince y veinte y eso porque ya tiene su cartera de clientes.