En los últimos años hemos empezado a experimentar un incremento considerable de violencia. Normalizamos utilizar palabras que hacen alusión a un hecho delictuoso porque es más común escucharlas y es ahí cuando tenemos un acercamiento inconsciente a dichos conceptos que definen una conducta tipificada, es decir palabras como feminicidio, asalto, robo, homicidio, persecución, secuestro, atentado, se vuelven cada vez más coloquiales en nuestro vocablo y empezamos a vivir con ellas. Evolucionamos, nos adaptamos y así comenzamos a vivir nuestro día a día, cuidándonos de no ser víctimas en una cadena donde el depredador viste como todos los demás y nadie sabe quién será.

La salud es primordial para tener un sano esparcimiento y desarrollo integral. La OMS nos menciona la importancia de mantener una armonía holística, comprendiendo que el completo estado de bienestar biológico, psicológico y social conforman el concepto de salud, por lo que, si alguno de estos se viere alterado, tendríamos entonces un desequilibrio que nos causaría la enfermedad.

Teniendo esto en cuenta podemos asegurar que nuestra sociedad se encuentra enferma y ha aprendido a existir careciendo de seguridad y un sano esparcimiento, lo que obliga a los individuos a sobrevivir y resistir, en lugar de vivir.