Contabilizan alrededor de 200 árboles dañados desde hace un año.
Decenas de ficus en Cuernavaca siguen muriendo y permanecen dañados, con una esperanza de vida que no superará los 10 años, lo cual ha propiciado reuniones entre dependencias municipales y estatales encargadas del medio ambiente, que han optado por la tala de árboles secos que están en riesgo de caer.
Los ficus están infectados por una plaga agresiva que no ha sido plenamente identificada y que los deteriora rápidamente, hasta secarlos por completo.
Conocer la enfermedad que padecen permitiría su erradicación y el tratamiento de los ficus infectados.
Recientemente fueron talados al menos tres árboles de dicha especie en la avenida Palmira por personal del Ayuntamiento de Cuernavaca debido a que estaban enfermos.
Desde hace un año la muerte de los ficus fue identificada como un problema y se contabilizaron alrededor de 200 árboles dañados, incluso en la Plaza de Armas y en el Parque Chapultepec.
Actualmente trabajadores del Ayuntamiento realizan la poda de árboles (particularmente ficus) en diferentes puntos de la ciudad.
Este fin de semana los trabajos se realizaron en la Plazuela del Zacate, sin embargo ambientalistas han calificado estas acciones como una tala severa que afecta el follaje de los árboles, lo cual evidencia que el personal no está preparado para realizar los cortes adecuados.
Roselen Gómez, especialista en poda de árboles, explicó que al cortar el follaje de forma inadecuada afectan a los árboles debido a que es justo en la copa donde se convierte el dióxido de carbono en oxígeno y a su vez se transforma en azúcares o alimento de los árboles. “El follaje es una fábrica de oxígeno y de alimento, además nos protege de los rayos solares, es la casa de las aves y otros animales”, señaló.
Pablo Aguilar Ochoa, secretario de Desarrollo Sustentable y Medio Ambiente de Cuernavaca, dio a conocer que sostuvieron una reunión con personal de la Secretaría del Medio Ambiente del gobierno estatal, con el que analizaron la situación de los árboles de la capital morelense. Los servidores públicos coincidieron con los especialistas en el sentido de que los árboles están enfermos, pero hasta la fecha no han planteado una estrategia para rescatar los que aún están sanos y reemplazar aquellos que han sido talados debido a su deterioro.