Ansiosos de aprobación y de demostrar que están “haciendo las cosas bien” es como los servidores públicos nos llenan mensualmente de resultados de supuestas encuestas en las que, obvio está, sube su popularidad y “aprobación”. No estoy demeritando a las encuestas, no me malentiendan. De hecho, son bastante útiles cuando son bien dirigidas. ¿A quién estamos encuestando? Es la pregunta que se debería hacer antes de digerir una de estas gráficas coloridas con nombres, fotos y porcentajes.
¿Qué quieren demostrar o sólo es una guerra de egos? Vámonos a lo más básico, regresar a donde pediste ayuda para ocupar un puesto. Encuéstate con las personas, no sólo con un grupo de ellas, comprobarás si tu popularidad sigue intacta.
Recuerda, estimado servidor: el puesto sólo durará unos años. Ten claro eso y, segunda, quiere el lugar al que representas, trata de mejorar las cosas y ser más que tu antecesor. Para eso llegaste y para eso tienes tu puesto. Demuéstrales mejor eso a todos antes que tus encuestas.