Muchas y muchos entienden la palabra naturaleza como algo relacionado a un rato de esparcimiento o diversión que dará energía una tarde de domingo para iniciar bien una buena semana. Para quienes tenemos el gusto de residir en la bella ciudad de la eterna primavera, Cuernavaca, las barrancas, árboles y montañas que rodean la urbe ya son parte elemental del paisaje diario, al que no siempre prestamos atención.
Sin embargo en los detalles se esconde un patrimonio imprescindible que debemos valorar y conservar: la riqueza natural de este territorio.
Porque son nuestras barrancas la que nos otorgan un clima de excelencia, porque son nuestros árboles los que mitigan el calor y nos dan oxígeno, porque son nuestras áreas naturales los sitios donde se desarrolla la vida de múltiples formas, una vida que no debe entenderse separada de la nuestra.
El respeto que tengamos por la madre tierra será el respeto que tengamos por nuestra propia civilización.
Hoy, ciudadanos y autoridades seremos responsables de garantizar el bienestar medioambiental y en consecuencia nuestro propio bienestar.
En la actualidad existen diversos tipos de problemas, algunos más importantes que otros, pero hoy no podemos continuar ignorando lo inevitable: actuar ahora o mañana será muy tarde. Puedes seguirme a través del proyecto: Cámara Salvaje (estamos en redes sociales).