Cuando Disney perdió los derechos de su famoso osito apasionado por la miel, le abrió las puertas a cientos de mentes creativas que ponen en riesgo la esencia del tierno personaje. Nacido en 1926, Winnie The Pooh se convertiría en el referente de los cuentos para menores y un excelente producto de marketing para niños, hasta que llegó el 2022.
Ahora el célebre oso es de dominio público. De acuerdo a las normas estadounidenses han caducado sus años de protección legal a favor de la poderosa compañía.
Lo que más llama la atención es que el primer proyecto subsecuente a esta oportunidad comercial es ni más ni menos que una película de terror. Lo que durante años fue el entretenimiento para los más pequeños estará ahora al nivel de un Freddy Krueger. La pregunta es ¿estamos ante una etapa moderna en la que los conceptos infantiles se reestructuran para dar paso a nuevos significantes?
Evidentemente aquí vendrá la responsabilidad de los padres quienes, protagonistas también de este cambio generacional, deberán discernir el impacto que podrá tener en sus hijos consumir una propuesta de horror plasmada en quien fue creado para generar dulzura.
Decidan lo que decidan, Winnie Pooh: Sangre y Dinero llegará a finales de este año a las salas de cine. Desde la opinión de un autor, aún nos falta mucho camino para entender una metamorfosis así.
Solo recuerda, lo que para ti es innovación y diversión, para el más pequeño de tu casa puede significar la nueva pesadilla nocturna de aquí en adelante. Que las infancias no se sigan perdiendo.