“Para mí, el trabajo en el taxi está bien porque no entrego cuenta, pero el problema es el precio de la gasolina, que está en 23 pesos el litro y todos los días necesito al menos 400 pesos, porque trabajo 12 horas diarias”, afirma Alejandro, quien se hizo taxista tras perder su trabajo de comerciante.
Aunque asegura que en la actualidad la situación económica ha mejorado mucho, dice que cuando empezó tuvo que batallar, pero prefería esperar hasta tres horas para realizar un viaje que salir a buscar pasaje, con el riesgo de no encontrar y solo gastar gasolina.
Dijo que en la mayoría de los casos cobraba de 40 a 50 pesos por viaje, por lo que a veces solo reunía el dinero para comprar el combustible.
A la fecha -apuntó- hay más movimiento de personas en las calles y cuando tiene suerte encuentra clientes cada media hora, lo que le ha ayudado en su economía, que se vio afectada por la pandemia.
“El dinero sí sale, pero también tengo que ahorrar para el mantenimiento del carro, para solucionar cualquier falla que tenga y para pagar las placas que son mil 200 pesos mensuales”, dijo.
De sus clientes -refirió- solo uno se ha ido sin pagar y recuerda que ocurrió el año pasado, cuando le pidió el servicio a Lomas de Tetela. El hombre en estado de ebriedad se bajó del vehículo y se metió por un callejón en el que desapareció.