En años recientes, las llamadas y amenazas de que hay bombas en los colegios han aumentado. Probablemente sean estudiantes que hacen esto con el fin de perder clases o curiosos para quienes es relativamente fácil levantar el teléfono y hacer una llamada al 911. Con este esfuerzo mínimo y sin riesgo para quien las hace, las acusaciones de que hay una bomba son enormes y hasta se han vuelto un triste clásico.
En mi opinión, estoy en contra de todo esto porque además de que estas acciones implican un despliegue de elementos de seguridad y personal especializado, corremos el riesgo de que si realmente pasa (esperemos que no) ya no se tomará con la seriedad que se debe atender. Piénsalo dos veces antes de actuar de esa forma.