¿Cuántas veces te has preguntado si estás pensando de manera colectiva o individualmente? No me malentiendas, no es malo pensar en ti. Realmente, la persona más importante en tu vida siempre habrás de ser tú mismo. Pero, ¿qué sucede cuando antepones tu bienestar en aspectos no éticos en tu vida hiriendo a los demás? Es cierto que cada generación de jóvenes ha perdido más valores y también han puesto en duda la formación ética de quienes nos antecedieron y analizando profundamente ha proliferado una nueva moda; el individualismo.
El ser individualista ante la vida no está del todo mal, finalmente, como lo he recalcado antes, es bueno darse un cierto grado de importancia hacía uno mismo, pero muchas veces eso es confundido con altanería, egocentrismo y narcisismo. Como sociedad pensante tenemos la posibilidad de sentir cosas, por lo que no deberíamos pasar por alto injusticias hacía sectores desfavorecidos de la sociedad, el famoso “si a mí no me afecta, no tendría porque importarme”.
Este es un llamado nuevamente a cientos de jóvenes que he conocido a lo largo de mi vida para que disminuyan su centrismo hacía ellos mismos y puedan ser más empáticos en una sociedad que está cada vez más dividida. No debemos perder valores y tampoco dejar de ser éticamente correctos
Una vida que va más a un sentido de ser individualista no terminará de una manera correcta. Dejemos de ser tan fríos, de ser tan indiferentes ante situaciones que estamos pasando por alto. Seamos justos y peleemos por lo que está correcto.