Con esta estrategia, se lograría que resultados científicos que se han generado en México finalmente tengan una aplicación y desarrollo hasta llegar a la industria, con una empresa, con participación de los propios investigadores.
En entrevista, el doctor Possani informó que actualmente está trabajando en dos aspectos en el laboratorio: uno, la producción de recombinantes toxinas de veneno de alacrán para la producción de antivenenos, el llamado “alacranin” que es un faboterápico que se usa cuando los niños son picados por alacranes, proyecto que recientemente fue aprobado por el Conacyt para un apoyo financiero, con el apoyo de la compañía fundada “Pepterapueuties S. A. de C. V.” que acercará recursos para la producción.
Mencionó que el otro proyecto es la producción de anticuerpos de origen humano que reconocen a las toxinas del veneno de alacrán, que se lleva a cabo con el doctor Baltazar Becerril Luján, dirigidos hacia la obtención de fragmentos de anticuerpos humanos que neutralizan la acción de toxinas del veneno de alacranes del género Centruroides. “Tenemos un par de patentes; algunas, incluso en Estados Unidos. La compañía está en ese proceso. La idea a largo plazo es ver si puede tener el licenciamiento de la UNAM para producción de esos anticuerpos y eventualmente llevar a cabo esos ensayos clínicos necesarios para poderlos lanzar en el mercado”, explicó.
Detalló que “esto todavía es un plan de trabajo. En este momento, la compañía ya referida está facturando y haciendo (sic) son los peptosintéticos para el uso de la academia y de la industria. Es un proceso que va lento pero sobreviviendo. No estamos en números rojos como la mayoría de las compañías que empiezan a operar, sino vamos bien. Un poco la idea es buscar el apoyo del gobierno del estado con la Secretaría de Desarrollo Económico; si nos consigue un espacio en el nuevo parque de desarrollo tecnológico para poder desarrollar una primera línea y construir un laboratorio en lugar de pagar a la UNAM, porque usamos ese espacio, el proyecto es independizarnos y producir los antígenos para los faboterápicos y los anticuerpos. Ésta es la parte que más dinero requiere”.
Mencionó que al contar con un laboratorio propio, como empresa, “la idea es salir del ámbito mexicano porque muchos de estas cosas son objeto de interés de muchos países que tienen este problema de alacranismo, para poder conquistar mercados extranjeros, como en el norte de África y Sudamérica”.