Ya hemos señalado la importancia de asignar una cantidad fija y periódica al ahorro para mejorar nuestro nivel de vida. Para ahorrar, lo mejor es hacerlo en un banco, porque es una institución regulada y supervisada por la autoridad financiera, y eso significa que mi dinero está protegido.
Dado que la inflación va disminuyendo la capacidad adquisitiva de mi dinero, debo pensar en invertir mis ahorros en algún instrumento que me permita ganar un rendimiento para compensar la pérdida de valor por la inflación. En otro artículo previo ya mencioné que la tasa de ese instrumento debe ser igual o cercano a 11% anual, para obtener un rendimiento real, o sea, por encima de la inflación.
Una de las opciones más seguras es recurrir a un fondo de inversión. Muchos bancos ofrecen esa opción. Un fondo de inversión es una opción financiera que reúne los ahorros de muchas personas y los invierte profesionalmente en acciones o títulos de deuda que obtienen un rendimiento superior, mismo que es repartido entre los ahorradores de ese fondo.
Ojo: muchos de nosotros requerimos tener disponible el dinero ahorrado para disponer de él en caso necesario. Hay fondos de inversión que permiten obtener buenos rendimientos, pero también te permiten retirar el dinero si se requiere. Debemos preguntar en nuestro banco por algún mecanismo de este tipo y, si no lo tienen, buscar en otros bancos.
Para las personas físicas que presentamos declaración anual, es importante considerar como mecanismo de inversión a las Afores. Las aportaciones voluntarias a la Afore son deducibles de impuestos y constituyen una buena opción, pues son fondos de inversión profesionales.
Finalmente, procuremos seguir la regla de oro del inversionista: nunca poner todos los huevos en una sola canasta. Si tengo recursos suficientes, mantener una parte en un fondo de inversión, otra parte en Afores, otra en algún instrumento de plazo fijo, porque el riesgo financiero disminuye cuando tengo diversificada mi inversión.