Enrique Ramos Zepeda, representante del Consejo de la Alianza de Transportistas, confirmó que el transporte público es un sector muy vulnerable a los grupos criminales puesto que utilizan a los conductores para trasladar mercancía ilícita, pero éstos también son propensos a convertirse en los propios consumidores de drogas.
Según el representante de la Alianza de Transportistas, es el sector taxi el más vulnerable dado que no cuentan con un derrotero fijo para operar y pueden prestar el servicio público a cualquier persona y trasladarse a cualquier lugar.
Mientras que para el transporte colectivo la situación es menos grave. Sin embargo, admitió que se ha detectado a choferes que consumen sustancias ilícitas y han sido despedidos de las agrupaciones, aunque se han cambiado a otras líneas sin que los dirigentes lo sepan ya que no existe ninguna obligación de entregar la carta de antecedentes no penales para una contratación.
El líder transportista refirió que la mayoría de los operadores incumplen con la entrega de la carta de antecedentes no penales para obtener su licencia y mucho menos se aplican los exámenes de control y confianza, que debería ser una obligación para garantizar que no haya delincuentes al interior de las agrupaciones.
Aunado a esto, los operadores se rebelan a cumplir con los cursos de capacitación a los cuales también están obligados para prestar un servicio de calidad. Precisó que cerca del 30 por ciento no ha tomado ningún programa de preparación.
En este sentido, aseveró que es necesario que la Dirección de Transportes obligue a los operadores a cumplir con todos estos requisitos para garantizar seguridad y calidad en el servicio público, principalmente por la situación de violencia que se vive en el estado.