En eso se ha convertido el Poder Judicial de la Federación en todos sus campos de acción en los últimos 40 años, cooptado por el Ejecutivo por sus diversas formas de elección de sus miembros en este período. Imitando al poder corruptor del narco, los otros dos poderes vinieron otorgándole presupuestos por encima de sus necesidades reales y este empezó a hacer sus “guardaditos” en la figura de fideicomisos en lugar de devolverlos a la hacienda pública por ser recursos del erario que debieron ser redireccionados a programas sociales y de infraestructura. De esta manera, los mentados fideicomisos que ha quedado de manifiesto que son para el disfrute de unos cuantos en los no están considerados los trabajadores sindicalizados ni de confianza, han llegado a la friolera suma de más de 20 MMDP. Ahora, por resistencia a transformarse y reducir sus privilegios y canonjías, se quejan de que su autonomía es violada por los poderes Ejecutivo y Legislativo cuando por primera vez disfrutan de ella, toda vez que el actual presidente no actuó como lo hiciera Ernesto Zedillo a 31 días de haber tomado el poder y de un manotazo destituyó la noche de año nuevo a los 26 ministros que integraban la Suprema Corte y amanecimos sin tribunal máximo el 1° de enero de 1995, aprovechando que contaba con mayoría calificada en ambas cámaras usando el pretexto de la jubilación anticipada, ya que no deseaba contar con ministros fieles a sus ex jefes MMH y CSG cuando era parte de este equipo desde que estuvieron juntos en la SPP (Secretaría de Programación y Presupuesto) encabezada por el primero, lo que les permitió a los tres llegar a la presidencia, Ver para no creer, los tres del mismo establo pero divididos. Esta acción le valió a Zedillo para que la “nueva” Suprema Corte de Injusticia de la Nación le endilgara la deuda de banqueros y empresarios beneficiados por el poder tras el “error de diciembre” en la figura del Fobaproa, para que dicha deuda se convirtiera en pública y fuera absorbida por todos los mexicanos.
A la fecha no hemos pagado un solo peso de esta deuda, pero si los intereses que ya superan la deuda misma. Esta es solo una de las tantas acciones que ha tomada el máximo tribunal en connivencia con los otros dos poderes a lo largo de estos años que han afectado en su economía a los mexicanos, desde la clase media alta hasta los más pobres, en beneficio de los que más tienen. Algunas de estas acciones fueron mencionadas en dos de mis artículos publicados en el mes de marzo de este año, con el título de Suprema Corte, Escollo Democrático, que pueden consultar en la página web de este su periódico.
Ahora, se rasgan las vestiduras por la desaparición de 13 de los 14 fideicomisos que privilegian a esta casta faraónica, que ya envidiaría cualquier emperador o dictador, pero eso será tema de la próxima entrega.
