Continuando con mi columna, los puntos restantes que considero deben ser incluidos como mínimo en la reforma electoral.
10- Que se eliminen los diputados y senadores plurinominales
El espíritu y motivos de esta figura no existen más, y desde hace lustros ha servido para que políticos dinosaurios se perpetúen en el poder y tomen decisiones relevantes para la población, y en todos los colores que han gobernado, han inclinado la balanza en reformas constitucionales que nos han hundido en la pobreza y bloqueado otras tantas que podrían ser en beneficio de la ciudadanía. Estamos seguros de que, si se presentaran a ser elegidos por votación, no ganarían ni en su casilla correspondiente. De nada sirven tantos diputados y senadores (tenemos más que en los Estados Unidos, que es un país mucho más grande y con más habitantes) si al momento de las votaciones levantan la mano u oprimen el botón en función de lo que les diga su coordinador de bancada (la mayor de las veces plurinominal) por instrucciones superiores partidistas. Luego entonces no necesitamos mantener a tantas personas con sueldos, prestaciones, privilegios y prerrogativas que ya quisiera el ejecutivo mejor pagado de cualquier transnacional. Debemos imitar el ejemplo de los representantes populares en varios países europeos y del resto del mundo desarrollado. En consecuencia, un senador y un diputado federal por estado. No necesitamos de más. Piensen en nuestro pequeño estado y pregúntense: ¿Qué han hecho para beneficio nuestro?
11- Que el voto sea obligatorio
Como ya mencioné, el gasto electoral entre subsidios a partidos como en la organización de las elecciones es monstruoso, para que vote cuando mucho el 55% de la lista nominal. En consecuencia, para que exista una mayor legitimidad del ganador este debe ser elegido por la mayoría de las personas con derecho a voto y obtener el 51% cuando menos del padrón de electores, y en el caso de no obtener esta cifra se vote a una segunda vuelta. Quien no se presente a votar, que no cuente con licencia de conducir y/o pasaporte.
12- Que no se permitan las alianzas ni coaliciones, sino hasta la segunda vuelta, siempre y cuando los partidos alcancen como mínimo el 10% de los votos
Así evitaremos alianzas antinatura entre partidos con principios y misiones diferentes que solo buscan perpetuarse en el poder a nuestra costa.
13.- Que los resultados solo los dé el instituto electoral
Ni el presidente (como Ernesto Zedillo con Fox) ni ningún consejo de notables como el dizque de la Cámara de la Industria de la Radio y Televisión se pronuncien o den por triunfador en una elección a nadie, por obvio que sea, ya que solo es y debe ser facultad de los órganos electorales. Los medios electrónicos no son imparciales, por contar con concesiones que otorga el gobierno para su operación. El entonces titular del IFE José Woldenberg guardó silencio sepulcral ante la osadía y toma de iniciativa de la Cámara de la Industria de la Radio y Televisión que se erigió esa ocasión como dedo elector y tribunal al mismo tiempo, y el responsable de la elección por ley se manifestó hasta el tercer día, porque no sabía que decir al ver que su “jefe” daba cabida a esta acción avalando lo dicho por el mentado consejo de notables.
Recuerden: el poder está en los ciudadanos, y solo son algunas ideas básicas para contar con un marco electoral más justo, equitativo y confiable… ¡Sí se puede!