Hace cinco días llegué de nuevo al Puerto para conducir las reparaciones y remodelaciones a mi propiedad después del huracán Otis y lo que pude constatar después de recorrer sus calles y avenidas es que a escasos 90 días el avance en la recuperación es enorme en materia de urbanización e infraestructura, aunque hay rezagos de parte de algunos sectores poderosos de la economía, como es el caso de la banca. Los trabajos de limpieza y remoción de escombros de todo tipo fue una tarea titánica dados los enormes daños en su infraestructura eléctrica y su enorme vegetación. Los depósitos de material a reciclar ya muestran una notable disminución de cuando los vi abarrotados en montañas en las afueras del puerto.

La mayoría de las tiendas de autoservicio ya funcionan con regular normalidad y en pocas aún no inician los trabajos de reconstrucción, lo mismo que algunas agencias de automóviles. La zona hotelera, costera, carretera escénica y el Boulevard de las Naciones lucen limpios y super vigilados por la Guardia Nacional y las FFAA, que continúan trabajando todos los días en el auxilio y entrega de ayudas en especie a la población. Los servicios de agua, energía eléctrica, internet y telefonía funcionan de manera aceptable, y resulta curioso que los pequeños negocios que venden materiales de construcción dan mejor servicio que las grandes tiendas de cadenas que aún muestran escasez en su disponibilidad de productos. A mis tres miembros de personal doméstico ya les dieron sus apoyos para limpieza y construcción por $43 mil, y a dos de ellos ya les dieron sus paquetes de enseres domésticos consistentes en refrigerador, estufa, colchones y utensilios de cocina. Claro, las colas son tediosas porque fueron mas de 250 mil familias censadas y aunque la entrega es por orden alfabético y de forma directa en los cinco centros de distribución (yo estuve presente en el CICI y comprobé su distribución a la gente), las molestias son patentes en algunos y otros se manifiestan contentos y agradecidos. Solo hay que recordar que en el otrora Fonden (Fondo Para Desastres Naturales), los estados afectados tenían que solicitar al gobierno federal la declaración de desastre por emergencia, las autoridades y el Congreso autorizar el monto a destinar para tal fin y esto llevaba hasta varios meses, y finalmente la ayuda que llegaba a la población era mínima, ya que se distribuían por conducto de los gobiernos estatales y el federal. Parecía pila de agua bendita, ya que todos le metían mano. Ahora la ayuda, como todas, es directa y sin moches.

Finalmente quiero mencionar el gran trabajo que está realizando la CFE en reponer con nuevos postes de gran envergadura, de acero y difíciles de ser arrasados por un huracán, en las líneas de conducción y distribución principales, trabajo que no haría la extranjera Iberdrola, que ya se lamía los labios con el control de la energía eléctrica. A buen tiempo fue expulsada, no me imagino como estaríamos después de Otis con ella al mando. También la banca usurera y que en 2023 tuvo su mejor año en utilidades que envió al extranjero queda a deber. Los servicios son limitados, falta de cajeros que no funcionan aún y que ya no existen en las tiendas de autoservicio como antes, mientras que en sus cajas puedes disponer de efectivo. También en la cadena de tiendas de conveniencia más grande puedes seguir haciendo depósitos, pagos de servicios y algunas disposiciones a pesar de que fueron saqueadas. En mis redes compartiré la evidencia fotográfica de lo que comento.