Hace cuatro años, Alfredo Martínez se vio obligado a abandonar sus estudios de bachillerato, ante la falta de recursos económicos en su familia, por lo que empezó a trabajar como checador de "rutas", un oficio que aprendió de su padre.

Comentó que aprender a registrar el tiempo de diferencia que llevan los operadores de al menos nueve organizaciones de transporte que circulan por la avenida Emiliano Zapata, le llevó unos 15 días.

Reconoció que las primeras semanas fueron difíciles, ya que por falta de experiencia no registró de manera correcta el tiempo que llevaba cada chofer y por ese motivo varios no le dieron la propina.

Sin embargo, cuatro años después la situación es diferente y ahora tiene tiempo hasta para leer un rato en el teléfono celular y vender dulces para obtener un ingreso extra.

Alfredo no tuvo oportunidad de continuar con sus estudios, pero aseguró que el próximo año terminará la preparatoria en el sistema abierto y posteriormente estudiará una carrera técnica en mecánica automotriz.

Dijo que en su labor hay días buenos, en los que logra reunir hasta 500 pesos, pero tiene que soportar los días calurosos o lluviosos, además de que para poder ir al baño tiene que desatender por minutos su labor.