No quiso estudiar, pues desde niño quería seguir los pasos de su progenitor.
“Mi papá me dice que no ande corriendo por ganar pasaje; es preferible pagar minutos quemados que ocasionar un accidente por andar peleando el pasaje”, relató Eduardo Zúñiga, quien trabaja como operador del transporte público.
Afirmó que diariamente pone en práctica los consejos de su padre, quien es chofer de “ruta” desde hace 18 años y todos los días le recuerda que no debe enojarse ni pelear con las personas, además de tener paciencia porque todos lidian con sus propios problemas.
En su actividad diaria se ha encontrado con personas amables, aunque también hay otros que son groseros y desde que abordan la unidad pagan su pasaje de mala gana.
Otros usuarios, comentó Eduardo, son exigentes y cuando se detiene en las paradas le gritan para que avance, cuando no saben que el operador tiene que respetar el tiempo de diferencia que le indican en la base.
Pese a esa situación, afirmó que está a gusto en este oficio y seguirá al volante porque obtiene buenos ingresos económicos.
Aunque Eduardo era testigo de las largas jornadas que su papá dedica al volante, dijo que eso no fue impedimento para seguir sus pasos.
“Mi papá es chofer desde hace 18 años y cuando empecé fue porque él compró un carro y entonces empezamos a trabajar los dos en el carro. Al principio fue difícil porque es mucha responsabilidad, aunque tengas experiencia en manejo es diferente manejar con la gente y con tiempo, pero me gusta”.
De los estudios, refirió que terminó el bachillerato y empezó su vida laboral para apoyar a su familia con los gastos de la casa.