Víctor trabaja en el transporte desde hace 20 años.
Aunque desde hace 20 años, Víctor trabaja como operador del transporte público, asegura que no quería dedicarse a este oficio; él quería estudiar una profesión para tener un empleo formal donde cuente con prestaciones de ley y seguro social.
Sin embargo, dijo que la falta de recursos económicos en su familia le impidió continuar con sus estudios y con mucho esfuerzo terminó la secundaria.
“Esto no era lo que quería, no quería ser chofer, pero tampoco tengo estudios. Por eso no he pensado dejar el carro porque sé que difícilmente encontraría otro trabajo; además, ya tengo 20 años en esto y ya me acostumbré”.
Señaló que gracias a este oficio ha logrado mantener a su familia y sus hijos pueden continuar con sus estudios.
A decir del trabajador del volante, desde que llegó la pandemia de Covid-19 sus ingresos disminuyeron considerablemente y en ocasiones con mucho esfuerzo reúne el dinero para el combustible y la cuenta a su patrón, que es de mil 600 pesos diarios.
Víctor refirió que ser chofer del transporte público es una labor cansada, pues trabajan jornadas de hasta 15 horas diarias, descansan cada mes y a veces no tienen tiempo ni para comer, porque hay pocas unidades en circulación.
Además, dijo que el tráfico y mal humor de algunos pasajeros le provocan estrés, aunado a que está expuesto a ser víctima de un asalto.