En días con mal tiempo el número de usuarios se reduce a la mitad, asegura Guillermo.
Guillermo, quien trabaja desde hace cinco años como operador del transporte público, señaló que en los últimos dos días de lluvia el pasaje disminuyó considerablemente, al grado de que el jueves apenas trasladó a unas 300 personas en todo el día.
Esa situación, indicó, afecta al patrón y al operador, pues en esos días entrega menos dinero de la cuenta para poder llevar al menos 200 pesos a su casa, ya que tiene que entregar unos mil 700 para el combustible.
"Es muy raro el día en que uno se va con las manos vacías, pero depende del patrón. Mi patrón es consciente y si le digo que me fue mal, me deja agarrar un poco de la cuenta para que no llegue con las manos vacías a casa y yo trato de cumplir como trabajador".
Dijo que el jueves estuvo tranquilo y sus ingresos fueron mínimos, en comparación con otros días, debido a que en todo el día trasladó a unas 300 personas, cuando normalmente la cifra de usuarios se duplica.
Su jornada laboral empieza a las cinco de la mañana, y aunque a esa hora hay poca gente, no pueden suspender ese recorrido, porque hay personas que salen temprano a trabajar y esperan el transporte público.
Guillermo está a gusto en esta labor por la flexibilidad en el horario, sin embargo, confirmó que buscará otro trabajo en una empresa de transportes donde cuente con prestaciones de ley para poder tener una jubilación.