El organismo señaló también que en nuestro país el 27.9% de las mujeres ha sido violentada en el trabajo al menos una vez en su vida.
En México, cada día y de acuerdo con cifras oficiales, son asesinadas 10 mujeres alertó la Organización de Naciones Unidas Mujeres (ONU Mujeres), en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas.
A través de un comunicado, instó a gobiernos y autoridades de los tres poderes del Estado, a asumir un compromiso renovado para fortalecer la rendición de cuentas, poner fin a la impunidad y trabajar en equipo para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas, especialmente su expresión más extrema: el feminicidio.
Refirió que en América Latina, una de cada tres mujeres ha experimentado violencia física y/o sexual al menos una vez en su vida.
“En esta región, la violencia de género obliga a miles de mujeres y niñas a desplazarse para poner a salvo sus vidas. Además, las mujeres refugiadas y migrantes están gravemente expuestas a la violencia. El 60% de las mujeres en movilidad han sido víctimas de acoso o violencia. Niñas de 12 años reciben inyecciones anticonceptivas ante el alto riesgo de ser violadas en el trayecto. El acoso y los abusos contra las mujeres y las niñas prevalecen en países de origen, tránsito y destino”, resaltó.
La ONU afirmó que en nuestro país la violencia contra las mujeres y las niñas en espacios digitales también se ha intensificado y ha afectado, principalmente, a las generaciones más jóvenes.
“Tan solo en México, el año pasado más de 10 millones de mujeres adolescentes y jóvenes fueron víctimas de ciberacoso y un tercio de ellas recibió contenido sexual no solicitado o mensajes de índole sexual. La brecha digital de género en México, sin embargo, sigue afectando principalmente a mujeres adultas, indígenas y rurales”, señaló.
Puntualizó que, en el ámbito laboral, el 27.9% de las mujeres en México ha sido violentada en el trabajo al menos una vez en su vida, y seis millones de quienes experimentaron violencia física o sexual no acudieron a ninguna institución o autoridad debido a que el 31.6% consideró que se trató de algo sin importancia o que no les afectó.
Subrayó que, en el caso de las mujeres rurales e indígenas, la violencia se suma a otras desigualdades, como el limitado acceso a servicios básicos de salud, educación, empleo y justicia, lo que agrava su situación y refuerza los ciclos de pobreza y exclusión. Además, enfrentan mayores barreras para acceder a mecanismos de protección.
Urgió a prevenir y erradicar todo ese flagelo para alcanzar sociedades más prósperas y sostenibles, pues previó que a menos de seis años de que venza el plazo de la Agenda 2030, el mundo no podrá alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible si no pone fin a la violencia contra las mujeres y las niñas.