Aurelio participó ayer con compañeros de la Ruta 1 en una caravana para festejar a la Virgen de Guadalupe.
Aurelio Nájera Olvera conduce una unidad del transporte público colectivo, y ayer se tomó el día para visitar a la Virgen de Guadalupe en El Calvario para agradecer por el milagro que –asegura- le concedió hace tres años, cuando su esposa contrajo una enfermedad cerebrovascular.
Hace tres años, su esposa Laura Ortiz sufrió una enfermedad vascular cerebral, por lo que estuvo hospitalizada durante un año, el mismo tiempo que Aurelio dejó el volante.
Creyente de la Virgen de Guadalupe, diariamente suplicaba para que su esposa pudiera regresar a casa con vida, y afirma que su milagro se concedió, pero año y medio después ella falleció.
"Cuando mi esposa enfermó el diagnóstico de los médicos era lo que uno menos espera, y le pedí a la Virgen que me dejara sacarla con vida del hospital. Me ayudó, pero desgraciadamente al año y medio falleció. Logré sacarla con vida del hospital para que estuviera otros días en casa con la familia porque no dejan pasar a los niños", relató.
A manera de agradecimiento, Aurelio decoró su unidad con globos amarillos y al centro la imagen de la Virgen de Guadalupe, con flores sintéticas de nochebuena. Así salió en caravana ayer con compañeros de la Ruta 1 desde la base de Guacamayas al chapitel, en Cuernavaca.
También recordó que cuando su esposa vivía, cada 12 de diciembre acudían a la iglesia de Chamilpa para regalar atole y tamales a los fieles de la Guadalupana.
Para Aurelio, el 12 de diciembre no fue un día perdido, pues es de agradecimiento y, afortunadamente -dijo-, su patrón es empático y le dio la oportunidad de no trabajar, aunque está consciente de que no llevará dinero a casa.
Transportistas de la Ruta 1 desfilaron ayer en caravana hasta la iglesia de El Calvario, en Cuernavaca, con motivo del día de la Virgen de Guadalupe.