Mucho hemos escuchado sobre el cambio climático. Sabemos (y lo sentimos) que la tierra se está calentando debido al efecto de las emisiones contaminantes y que ello ha venido cambiando el clima y la intensidad de los fenómenos meteorológicos. Los efectos del frío, del calor, de los ciclones o las lluvias, hoy son más severos que nunca.
De acuerdo a la ONU, el 73% de los gases de efecto invernadero son provocados por la producción o el uso de la energía en el mundo (la industria de hidrocarburos y la eléctrica, concretamente). Datos similares manejan las investigaciones de la UNAM y Conahcyt. Así, es urgente que el mundo, y especialmente México, dirija sus esfuerzos a lograr una transición energética sustentable.
Esta transición implica que el sistema actual que utilizamos para generar la energía, sustentado en el uso de fuentes fósiles (petróleo y sus derivados), debe reconfigurarse con base en tres premisas básicas: el mayor uso de fuentes de energía renovables (sol, agua, viento, por ejemplo); mayor eficiencia en la producción y el consumo energético, y racionalización del uso de los combustibles fósiles.
La sustitución gradual del carbón o combustóleo por gas natural en las industrias y en la generación eléctrica, es una de las estrategias en este difícil camino. El gas es más eficiente y menos contaminante. En Morelos tenemos una central eléctrica (la de Huexca), de ciclo combinado que usa gas; así como un gasoducto que distribuye gas natural a dicha central y a algunas empresas.
También se ha incrementado en Morelos el uso de sistemas de generación distribuida de energía, por ejemplo, instalando y operando paneles solares en las casas o negocios, los cuales reducen el consumo de energía convencional y el pago de luz, aprovechando las fuentes de energía renovables.
Respecto al consumo energético, debemos aplicar tecnología, equipo y vehículos que aprovechen mejor la energía. Por ejemplo, usar eficientemente la gasolina en vehículos y transporte público, y sustituirlos gradualmente por vehículos híbridos o eléctricos; optimizar (con mejor tecnología) el consumo eléctrico en las empresas, el alumbrado público y el bombeo de agua, y fomentar el ahorro energético entre los ciudadanos.
En estas acciones, es importante que nos involucremos todos: gobierno, empresas y ciudadanos. Solo así detendremos el calentamiento global y podremos entregar un mejor mundo a las generaciones que vienen.