Elena es checadora de "rutas" desde hace ocho años y aspira a abrir una cocina económica.
Elena López Casarez trabaja desde hace ocho años como checadora de "rutas", y aunque señala que es una labor cansada porque la mayor parte de su jornada está de pie, refiere que obtiene mejores ingresos económicos que en un trabajo formal.
Hay días en los que llega a su lugar de trabajo sin un peso, y durante el día reúne para su almuerzo y comida y alcanza hasta para guardar un poco para los gatos de su casa. A veces obtiene entre 300 y 500 pesos, y en ocasiones el doble.
Tiene una carrera técnica de estilismo, pero no ejerce porque le agarró el gusto a su labor como checadora de paso.
Elena es madre de cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres, y todos terminaron sus estudios profesionales.
Está a gusto en este oficio, pero ahora que sus hijos son independientes no pierde la esperanza de cumplir su sueño: abrir su propio negocio, una cocina económica, pues desde hace varios años aprendió sobre gastronomía y repostería y considera que es momento de ponerlo en práctica.
Para obtener un ingreso extra, Elena elabora diferentes manualidades.
Comentó que al principio tuvo dificultades en su labor, pues sólo fueron dos horas de capacitación, y cuando no informaba bien a los operadores sobre el tiempo de diferencia que llevaban de sus colegas, se molestaban. Afortunadamente, aseguró, no ha sufrido ningún tipo de acoso sexual ni discriminación.
"Los primeros días no daba el tiempo exacto de lo que llevaban, porque en lo que sacaba las cuentas y todo eso, se iban. Me ponía nerviosa con los operadores, pero ninguno ha sido grosero, todos me han tratado con respeto".