“Mi vida ha cambiado por completo después de la operación a la que fui sometido, me siento mucho mejor, valoro más la vida, y le doy gracias a Dios, a mi familia, a mis amigos”, expresó Pablo, en su primeras palabras en su cuarto recuperación, al ser visitado por el equipo médico que estuvo a cargo de la intervención quirúrgica.
En este intercambio de comentarios, Pablo quien por momentos veía destrozados sus planes de vida, cuando aun cursa la secundaria, agradeció a los doctores que se entregaron a su caso, y lograron otra oportunidad de vivir, “Por ello después de salir de aquí, mis planes de vida son superarme día con día y volver a empezar todo lo que no hice, quiero vivir más tiempo”, esbozó antes de dejar el Hospital.
Pablo Rivera, quien es el tercero de cuatro hermanos, con lo experimentado durante largos meses, hizo un llamado a los jóvenes que como él, tienen mucho por delante, pero hacerlo sanamente, alejándose de vicios y actos que atentan y dañan contra su salud, por lo que muy seguro de si, dijo que el malestar de riñón que padeció no se lo desearía a nadie, ni a su peor enemigo.
Pablo sostuvo una charla con el secretario de Salud en Morelos, Víctor Caballero Solano, y con Roberto Vázquez Miranda, encargado del Programa del Trasplante Renal del Hospital General José G. Parres, quienes compartieron el gran esfuerzo hecho por un equipo conformado por más de 35 personas entre médicos trasplantologos, nefrólogos, cirujanos, psicólogos, psiquiatras, enfermeras y trabajadores sociales especializados en el tema, que en conjunto en cada una de sus encargos, aportaron al éxito de este segundo trasplante de riñón.
Víctor Caballero señaló, que este nuevo logro quirúrgico anima y motiva al Sector Salud del estado a seguir con esta importante tarea impulsada por el gobernador Marco Adame Castillo, ya que a la fecha, se encuentran en espera a ser sometidos a trasplantes entre cuatro y cinco personas, que no están en condiciones de cubrir una cirugía que oscila entre los 150 mil y 300 mil pesos para el procedimiento quirúrgico, más el tratamiento previo y posoperatorio.
Señaló que la causa por la que “Pablito” como lo conocieron en su estancia en el Hospital Parres, tuvo que ser sometido a un trasplante, fue a causa de una insuficiencia renal, que puede darse desde una infección en la garganta o diversos factores, pero en este caso fue que los riñones ya no le funcionaban a causa de un malestar llamado “Glomerulonefritis”, que puede ser causada por problemas específicos con el sistema inmunitario del cuerpo y afecta la función del riñón.
Después del trasplante lo que continúa, es un periodo de tiempo que puede ir de tres hasta seis meses de extremos cuidados, cuidados encaminadas a aislamiento de las personas, tomar medicamentos o medicinas para proteger su riñón, evitar que existan afectaciones que dañen el órgano, o que puedan dar inicio a una respuesta inadecuada del organismo en contra del riñón.
Víctor Caballero refirió que actualmente en Morelos lo que se necesita es concientizar a la sociedad para lograr una cultura de donación de órganos, sobre todo a los jóvenes que estén en buen estado de salud, iniciando con la donación de sangre de manera altruista.
Recordó que hay dos tipos de donadores, el que se llama vivo relacionado, que es el padre, madre o un hermano, que dona un órgano que no le perjudica al cuerpo para continuar con su vida sana, y el segundo es la persona fallecida, en donde la cultura de la donación tiene que ser una realidad.
Roberto Vázquez, encargado del Programa del Trasplante Renal, indicó que con estas acciones están cumpliendo con la meta de hacer por lo menos un trasplante por mes, y aseguró que la evolución del paciente es favorable, al igual que la de su hermano Marco, quien el pasado jueves fue dado de alta.