Docentes de la disidencia expusieron que aún y cuando las cifras son oficiales, muestran que hay aspectos que han denunciado desde hace varios años. Tal es el caso de dicha corriente interna del magisterio en voz de Óscar Engels, quien también pertenece a la Asociación por la Educación y la Justicia Social. Destacó que el elevado porcentaje de escuelas particulares (que según datos del censo en preescolar y primaria representa más del 40 por ciento), da muestra clara del avance en la privatización de la educación.
"La Constitución y la Ley General de Educación hablan de que la educación debe ser pública y gratuita, pero al no tener la capacidad de cobertura total, se desarrollan escuelas particulares y eso es producto de lo que hemos llamado privatización. Vemos que para la población hay un costo y todos tenemos el derecho de que nuestros hijos estudien en una escuela pública y podemos elegir si van a una privada o no. Sin embargo, al no tener una atención real y dejar de abrir espacios educativos públicos, el riesgo es que poco a poco sin sentirlo o sin darnos cuenta, está avanzando este proceso".
El también integrante del comité seccional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) criticó el hecho de que el gobierno no está cumpliendo con su parte en el proceso de la reforma educativa, con la misma velocidad con que lo hace en las exigencias a los maestros. Destacó que las autoridades deben ser congruentes, revisar y, por el bien de los alumnos, cubrir de inmediato esas necesidades que su propio censo ha puesto al descubierto porque no puede haber calidad en pésimas condiciones de infraestructura.
Pero desde el punto de vista del magisterio, recalcó que ya hasta se han puesto calendarios para la evaluación a los docentes. Ya se aprobó la armonización legislativa, "pero no han cumplido con toda su parte", pues los datos publicados de Morelos indican que en ninguno de los servicios que se tomaron en cuenta en el censo, tienen una cobertura del 100 por ciento en las escuelas, incluso se pone de manifiesto que hay casos en los que no se cuenta ni con escritorio, ni silla para el maestro y en esas condiciones se labora.
Por otra parte, Engels Miranda mencionó que el presentar los datos de forma global, en el que los porcentajes totales incluyen las condiciones de infraestructura de escuelas privadas, pudo ser un error porque en todo ejercicio estadístico hay márgenes, pero en caso contrario, señaló que sería condenable el que se pretendiera maquillar o desviar la información porque entonces no refleja la realidad de la escuelas.
"Si fuera intencional se confirma que lo que hemos dicho: que la reforma educativa, más que mejorar la educación, era para control total del sistema y complicar la relación laboral dirigida a modificar los derechos de los trabajadores", abundó.
Recordó que en el año 2008 se firmó un acuerdo para la calidad de la educación, en el que también los gobiernos federal y estatal se comprometieron a mejorar la infraestructura y no cumplieron, por lo que –aseguró– perdió la credibilidad.
Cuando la parte oficial hace estos diagnósticos y sus datos se hacen públicos, "entendemos que tienen cómo resolver el problema; queremos pensar que tienen forma de hacerlo y aunque comprendemos que existe crisis, que se requiere de mucho dinero, exigimos que se dote a las escuelas de lo necesario, de buenas condiciones para los alumnos".
En este sentido, Óscar Engels manifestó que como grupo interno del magisterio plantearán que se publiquen los datos desglosados sobre infraestructura, en cuanto a escuelas públicas. Pero por otro lado, aseveró que como gremio tendrían que hacer su propia base de datos para reclamar las mejoras.
Argumentó que "no es que se desconfíe del Inegi, pero nosotros somos los que vivimos las necesidades. Doy un ejemplo: se censa si hay o no tal servicio y puede que en una escuela haya drenaje, porque existe, pero hay que contratar constantemente a alguien para destaparlo porque se hizo mal, no sirve o existen tuberías de agua potable pero el suministro no es regular ni suficiente".