En el marco del anuncio de la aprobación de la Ley de Juventudes que se realizó en el Congreso local, la jefa de la unidad en investigación y medicina del adolescente del Inper, Josefina Lira Plascencia, dio a conocer que hay datos contundentes que indican el necesario trabajo coordinado por atender este problema de salud pública.
Refirió que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2012) en el país, “tenemos 22 millones de adolescentes, pero de ellos el 23 por ciento ya inició vida sexual; el 90 por ciento dice que sí conoce los métodos anticonceptivos, pero sólo el 70 por ciento utiliza un método de planificación familiar en su primera vez o relación sexual, y de ellos, el 80 por ciento utiliza un condón”.
Pero resaltó, “de estos jóvenes, el 50 por ciento ha reportado estado alguna vez embarazada o haber embarazado a alguien, cosa que nos habla de que la mitad de esos jóvenes se quedan embarazados, imagínate esos datos en 23 millones de adolescentes, tenemos enfrente un problema importante qué atender”.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en el 2011, el 19 por ciento de los nacimientos en el país son en mujeres adolescentes y aquí en Morelos, las cifras oficiales hablan de que el 30 por ciento de los nacimientos son en mujeres adolescentes, "mujeres que deberían estar estudiando, preparándose, no satanizamos a la mujer que opta, pero vivimos en situaciones sociales y diferentes a las de generaciones anteriores, donde la preparación académica y la adquisición de conocimientos en actividad profesional es muy importante".
Refirió que “el 80 por ciento de los adolescentes que son atendidos en la unidad de la que es responsable, las jóvenes menores de 16 años dejan de estudiar durante el embarazo porque los padres de familia las sacan de estudiar, o porque en la escuela les prohíben acudir por un supuesto mal ejemplo para el resto de las alumnas, lo que trunca las posibilidades de desarrollo de una adolescente, en cuanto a salud y la exclusión social”.
De igual forma, la experta confirmó que “la mujer que se embaraza en la adolescencia tiene de dos a tres veces mayor riesgo de morir que una mujer adulta, lo que implica una exposición de riesgo de morir muy alta. La principal causa -hizo notar- es que a muchas de las niñas cuando saben que están embarazadas no avisan, les da temor y no tienen una vigilancia estrecha durante el embarazo, no hay control prenatal. Las razones más comunes de mortalidad en estas pacientes son preeclampsia, enfermedades que ya tenían y se complican con el embarazo, y en tercer lugar la hemorragia”.
La experta expuso que entre las causas de este problema se pueden vislumbrar tres escenarios: el primero es que el adolescente, aunque dice que conoce los métodos anticonceptivos, no los conoce a profundidad, "el adolescente dice que sabe pero cuando les preguntas, no saben cómo o responden que el varón dijo que lo iba a usar o se lo había puesto. Además, practican mucho el coito interrumpido, lo que está complicado, incluso para la gente adulta; imagínate para un joven adolescente".
Otro de los escenarios es que los médicos no asumen una medicina apropiada para atender a los pacientes en esta edad, consideró que los profesionales de la salud deben ser amables, no condescendientes, pero sí de comprensión y conciliación en relación a la información que ellos requieren.
Por último, destacó que este país estigmatiza a los adolescentes que tienen relaciones sexuales y cuando acuden a un centro de salud, no se los otorgan o lo complican.
En este país el promedio de inicio de relaciones sexuales es de 15 y 16 años de edad, pero inician con un método anticonceptivo de forma inadecuada hasta los 28 años de edad, lo que agrava el problema hoy en día y en el futuro cercano.
La especialista opinó que en política pública es fundamental el garantizar la información adecuada y completa sobre planificación familiar, pero al no haber aún este sistema, se debe despenalizar la interrupción legal del embarazo. “Porque desde mi punto de vista es un tema difícil, lo ideal es que la mujer tenga herramientas para evitar un embarazo no deseado, pero en este país si no tenemos servicios que les den adecuadamente a las mujeres la información y el acceso, entonces se tiene que abrir esa posibilidad de despenalizar el aborto, desafortunadamente eso es real”.
Por su parte, la representante del Fondo de Población de la Organización de las Naciones Unidas para América Latina, Leonor Calderón Artieda, señaló que en toda esta región del mundo el embarazo adolescente es un problema que atender, pues tiene repercusiones sociales y de salud muy importantes.
El 25 por ciento de los embarazos en América Latina son mujeres adolescentes, México está entre el lugar 17 y 19 por debajo del promedio, pero hay estados en el país que sí están por arriba del promedio como Quintana Roo por ejemplo, lo que indica que no necesariamente tiene que ver con la causal de pobreza.
Señaló que México tiene muchos más elementos para enfrentar este problema que otros países de la región, como un marco normativo muy sólido y tiene que avanzar en el programa, quizá lo que ha afectado es un poco de coordinación entre todos los sectores.
Destacó que una de las razones de este fenómeno es social, "nos preocupa por qué una niña de 15 años quiere estar embarazada, seguramente porque no tiene otra visión; el mejor anticonceptivo es un proyecto de vida realizable, que permita soñar y que es posible realizarlos. Si la mujer tiene un proyecto como tener una carrera a portar a la comunidad, la joven va a trazar la fecha del momento de su embarazo. Es claro que este asunto no solo es responsabilidad de los padres, es del estado, de las instituciones y de la sociedad en su conjunto".
Informó que la ONU busca a través del acercamiento con los congresos de los diferentes países, el que se equipare la legalidad de un matrimonio con la mayoría de edad.