El movimiento de 1968 permitió tener una antología con textos que se han producido en distintos momentos y de diferentes retrospectivas, con libros que son clásicos y otros que no pierden valor y que permiten conocer textos y capítulos de revistas y análisis de corte histórico, sociológico y narrativas, dijo Alcira Soler Durán, compiladora de la obra editorial.
“Memoria histórica del 68 en México” da cuenta de nuevas herramientas analíticas que permiten interpretar los hechos sucedidos, así como el fenómeno colectivo y de corte estructural, una proyección intelectual y académica del movimiento, una producción cada diez años, homenajes y ahora se destaca una realidad vigente, que trata de ver como una raíz y huella del 68.
Alcira Durán hizo referencia que son nueve los autores que escogieron para llevar a cabo esta combinación de la situación política, económica y social que se vivió durante el año de 1968 en México, donde se dan detalles de la historia y la conciencia de la gente como algunos presos políticos.
Y es que después de ese año, la democracia concibe la presentación de dos tendencias que marcaron en México la ideología socialista y la tradición universitaria liberal, donde se defendía la libertad de cátedra.
De igual forma, en este ejemplar se caracteriza el movimiento estudiantil del 68 en México, a diferencia del que se registra en Europa, que en ese mismo año, se da la era de la revuelta juvenil contracultural.
“Memoria histórica del 68 en México” presenta una reflexión histórica acerca de la crisis final desde la revolución que caracteriza la política del Estado y también una posición de los jóvenes que están interesados en construir una nueva relación entre los gobernantes y gobernados.
Carlota Guzmán, de la UNAM, quien comentó el libro, destacó que los autores hacen recordatorio de lo cuestionable de las circunstancias, un agotamiento de un modelo económico como lo fue el movimiento del 68, que no se restringió a la ciudad de México, sino que se multiplicó en diversas facultades de la UNAM y en otras universidades del país como en Sinaloa, Puebla y Sonora, por lo que no se restringe únicamente al 2 de octubre el movimiento estudiantil, sino a un movimiento nacional que hizo época.