La nueva legislación consta de cuatro capítulos, 29 artículos y tiene por objeto regular la protección y conservación del maíz en su estado genético; promover el desarrollo sustentable del maíz morelense; la productividad, competitividad, sanidad y biodiversidad del maíz; establecer los mecanismos de fomento y protección al maíz en cuanto a su producción, comercialización, consumo y diversificación constante como patrimonio alimentario del estado de Morelos, así como establecer derechos y obligaciones de los productores originarios y custodios del maíz, a través de la creación del Consejo Consultivo Morelense del Maíz.
Y es que Morelos es una entidad deficitaria en la producción de este grano, ya que en los últimos cinco años produjo sólo 93 mil 577 toneladas, mientras que la demanda fue aproximadamente de 200 mil toneladas, la cual fue cubierta con la importación de maíz de otras entidades.
La superficie sembrada fue cerca de 26 mil hectáreas en condiciones de temporal, con un rendimiento promedio de 3.2 toneladas por hectárea.
El maíz es cultivado en su mayoría por más de 15 mil pequeños productores de los 33 municipios con distintos niveles tecnológicos, que van desde el uso de semillas locales (criollos), prácticas tradicionales como laboreo con yunta, siembra manual y sin aplicación de agroquímicos, hasta los productores que utilizan semilla híbrida mejorada, maquinaria y fertilizantes.
De acuerdo con la justificación de la nueva ley, algunas empresas comerciales -principalmente trasnacionales- han implementado innovaciones para alterar la genética de la semilla de maíz, con la pretensión de modificar su estado natural para hacerlo más rentable y sobre todo para lograr una mayor durabilidad de la planta del maíz.
Sin embargo, un estudio del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), demostró que el maíz transgénico no produce más, ni reduce costos, porque requiere de más agroquímicos y agrede la biodiversidad e incrementa la dependencia alimentaria, económica y tecnológica.
“Por ello es importante que en nuestro estado se proteja a este cultivo en su estado natural, sin permitir el uso de transgénicos, pues si no tomamos medidas para su protección a corto y largo plazo, afectará fundamentalmente los cultivos del maíz en todo el estado y ya no se podrá producir. Es pertinente mencionar que en algunos estados de la república los congresos locales de Tlaxcala y Michoacán se propusieron legislar al respecto, creando una ley que protege el estado natural del maíz”.
Además, continúa, “la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha señalado a través del Programa de Conservación de Maíz Criollo (Promac), que existen razas de maíz criollo en peligro de extinción tales como: pepitilla y maíz ancho. Por tal razón es importante implementar programas de conservación y pre mejoramiento en este tipo de maíces, así como medidas de detección y análisis de ADN transgénico para prevenir su expansión y contaminación a los maíces criollos locales”.
Con base en lo anterior, el Congreso de Morelos expidió la Ley de Protección y Conservación del Maíz Criollo en su Estado Genético del Estado de Morelos, que establece medidas de resguardo a las variedades criollas que se siembran en el campo local y estímulos a los productores. Por ejemplo, se contempla la creación del Consejo Consultivo Morelense del Maíz y un Padrón de Profesionistas y Técnicos del maíz, cuyo fin es contar con especialistas que realicen investigación y propongan medidas de protección a este grano.
También obliga a la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedagro) a destinar cuando menos el cinco por ciento de su presupuesto anual al fomento y desarrollo de maíces criollos y al estímulo de la siembra asociada de maíces criollos con otros cultivos como chile, calabaza y frijol, para rescatar el sentido de la milpa tradicional para la autosuficiencia alimentaria, la cultura campesina tradicional y evitar el desgaste de la tierra por monocultivo.
De igual forma, la nueva legislación instaura el “Premio estatal a la productividad de los maíces criollos”, que constará de un diploma y la dotación de un cuexcomate para el almacenamiento del maíz.
La Sedagro establecerá también un programa especial para la comercialización de los maíces criollos que contemple la cosecha, el adecuado manejo post cosecha, el almacenaje, la conservación natural y el valor agregado del grano.
Además, se considera prioritario estimular el establecimiento y fortalecimiento de agroindustrias para el procesamiento del maíz pozolero.